Cuando el Ser Humano descubre la verdadera esencia del Creador y se comporta segun esa naturaleza, de otorgante o dador, ese acercamiento es tan intenso, que se da cuenta que no necesita de su religion, esta permanece solo como parte de su entorno cultural y social en este mundo.
11.9.10
Hablar con el amigo de conexión y unidad
La Fiesta de Sucot y el revestimiento del ego
Una barrera psicológica en el sendero del otorgamiento
Existe una barrera psicológica en el sendero del camino espiritual. Si deseo alcanzar el otorgamiento no debo preguntar nada excepto cómo otorgar. Además, no se trata del otorgamiento como lo define mi inteligencia egoísta en mi deseo actual. Esto significa que no puedo pedir nada de lo que se encuentra dentro de mi entendimiento ahora; sería opuesto al verdadero otorgamiento y el estado espiritual. Sólo cuando paso al estado espiritual y recibo este atributo espiritual comenzaré a examinarme con una nueva mentalidad y un nuevo corazón. En ese momento, sentiré y entenderé dentro de los deseos del otorgamiento.
Sencillamente no puedo conocer el otorgamiento en mis deseos egoístas; no funciona. De hecho, la primera frase al entrar en la espiritualidad es, “cruzar el Majsom (la barrera previa al mundo espiritual, precisamente por esa razón). La percepción del atributo de otorgamiento está completamente separada de cualquier cosa que esté ocurriendo en mis deseos ahora. Por consiguiente, es por encima de la razón (por encima de mi comprensión actual) que exijo el atributo de otorgamiento. Sólo quiero saber cómo recibir este atributo, aunque no sepa lo que significa. Por ahora, no tengo conexión alguna con el atributo, ningún punto de contacto, o la capacidad de experimentarlo. Sencillamente lo acepto en cualquier forma que desde Arriba se me entregue.
Esta actitud no parece propia de una persona seria, evolucionada e inteligente. Pero, es totalmente lo opuesto. Aquellos que poseen percepciones de avanzada, una inteligencia y comprensión de todo el proceso por el que atravesamos, examinan su egoísmo y constatan cuan esclavizados y controlados nos encontramos por éste. Entienden que no tenemos otra elección, sino elevarnos por encima de él, separándonos de nuestros deseos presentes y la percepción y la inteligencia limitada y egoísta.
Por lo tanto, durante la lección, solo le pido a la Luz que trabaje conmigo. No importa lo que haga. Soy como un niño que no entiende pero se encuentra en brazos de su madre, complaciente con todo con lo que ella haga. Tengo que alcanzar una devoción tal y anularme frente al Superior. Le suplico, “cúrame”. Más allá de esto no pido nada más.
(De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 2 de junio de 2010, El Zohar.)
10.9.10
Reconocer la maravillosa oportunidad
Reconocer la maravillosa oportunidad
Vamos a recordar entre nosotros y a maravillarnos, a inspirarnos, con la grandeza de la meta espiritual y con el entorno que aspira a ella; vamos a apreciar esta oportunidad única que se nos ha presentado de poder elegir libremente. ¿Cuántas personas en el mundo tienen la posibilidad de actuar con libertad? Si todas las personas actúan siguiendo los mandatos de su naturaleza, entonces en realidad no existe nadie que verdaderamente actúe. Y si estoy completamente gobernado desde Arriba, en este punto, mi “Yo” no existe, tal como se dice, “Vine y no hay nadie”.
Existen miles de millones de personas en el mundo, pero es como si ellos no existieran, debido a que ninguno es libre de sus actos. Sin la libertad de elección del hombre, entonces los mundos no existen, sino sólo el Mundo del Infinito. Con respecto al Creador, nada existe. Sólo existe la persona que realiza una acción en libertad.
Imaginen esta imagen del mundo: ¡un vacio total! Y en él sólo son visibles algunos deseos, que se despertaron y pueden realizar acciones libres.
También tú tienes esta posibilidad de ser libre y convertirte en un Hombre. Ojalá podamos reconocer la grandeza de esta oportunidad única.
(Extracto de la lección sobre la Introducción al Talmud Eser Sefirot (TES), correspondiente al 26 de junio 2010).
¿Cuáles son los poderes que se necesitan para el trabajo?
Y, con el propósito de comprenderlo, primero necesitamos saber lo que es trabajar afanosamente. Ya hemos hablado en muchas ocasiones sobre esto, que se llama trabajar afanosamente cuando una persona debe realizar acciones que van en contra de su naturaleza. Es decir, en vista de que nacimos con el deseo de recibir para nosotros mismos, y en vista de que por la razón de que para que exista una adhesión, equivalencia de forma (puesto que solamente de esta forma se da la situación en que se recibe el bien y el deleite sin que exista un elemento de vergüenza), para tal efecto se hizo una corrección: es indispensable hacer todo lo posible para otorgar. De otra forma, nos encontramos en un espacio vacío, carente de Luz, y a esto lo llamamos ocultación y ocultamiento, en donde no se percibe la santidad, cuando uno está implicado en el amor propio.
Por lo tanto, cuando uno empieza a trabajar para otorgar y como esto va en contra de nuestra naturaleza, entonces a eso se le llama trabajar afanosamente. Puesto que el cuerpo (refiriéndonos a los deseos y la voluntad de uno) se opone a ello, debido a que cualquier movimiento que el cuerpo considera que no será de utilidad para sí mismo, se opone con toda su fuerza y se necesita de un poder tremendo para vencerlo. Y es así que empieza el afán principal, del cual se dice: “Trabaje afanosamente”, o “No trabaje afanosamente”; y sobre esta cuestión hicimos la pregunta de cómo es posible que la gente viene y dice, “Yo no trabaje afanosamente y encontré, no lo creas”. No nos estamos refiriendo a personas que ya merecen el aspecto de “He encontrado”, y verdaderamente estas personas son valiosas y no es pertinente que de ellas se diga que mienten. Si es así, cómo es posible decir “no lo creas” a ellos, como si estuvieran mintiendo y que la verdad es que sí trabajaron afanosamente. Si es así, por qué dicen que no trabajaron afanosamente, puesto que dicen, “No trabajé afanosamente y encontré”.
La respuesta a esta cuestión es como lo antes dicho, que cuando una persona empieza a integrarse en el trabajo del otorgamiento, el cuerpo empieza a oponerse y la persona empieza a realizar acciones con remedios particulares (Torá y Mitzvot) para poder tener el poder de vencer el mal dentro de él y la ayuda que necesita recibir de la Torá y Mitzvot; se da cuenta que ocurre lo contrario:
Que esto que él pensaba, que cada vez que daba un paso adelante y sentía que no valía nada afanarse por el amor propio, y pensaba que ya había llegado el momento en que el mal se había sometido a él, y creía que verdaderamente esta sensación se la daban desde Arriba, y ciertamente a partir de ese día en adelante no tendría más contacto con el mal; y de pronto se da cuenta que una vez más se encuentra en la condición más baja, y él es amor propio, y de nuevo siente el ocultamiento y encubrimiento de la meta de la creación que es hacer el bien a Sus seres creados; y aunque cree que para merecerlo primero tiene que merecer amar al Creador, y sólo ve que se ama a sí mismo, y con respecto a anularse ante el Creador, y decir que no existe otro dominio en el mundo, sino que todo le pertenece al Creador, y que el inferior ni siquiera merece mención; con estas consideraciones la persona no tiene la capacidad de conformarse, y así en el momento en que le pasa por la mente el pensamiento de anularse ante el Creador, su cuerpo (el deseo de recibir) se le enfrenta y le da a entender: “¿Cómo es que quieres anularte ante el Creador, y que no tendrás una existencia propia, y que sólo existe un dominio el del Creador, y que tu ni siquiera quieres ir con un nombre; no va esto en contra de la naturaleza ya que una persona mientras esta viva quiere existir, sentir su identidad, y cómo puede uno decirle que debe anularse ante el Creador y perder su identidad?” Y entonces el cuerpo dice que no está de acuerdo con esto; y a esto se le llama el aspecto del exilio, esto es, que todos los deseos que tiene una persona rigen en el aspecto de Israel que está en él (Yisra’el significa yashar - El, esto es, que la persona no desea una existencia para sí misma sino que quiere anularse yashar l’El, directamente a Dios); y tal como ocurrió en el exilio de Egipto, que los egipcios gobernaban en la nación de Yisra’el, y no podían escapar de su control pero como está escrito: “Yo, Dios, tu Señor quien te liberó de la tierra de Egipto".
Esto es, que una persona por sí misma no tiene el poder de vencer y escapar del dominio del cuerpo sino que solamente el Creador Mismo y en su Honor puede redimirlos del exilio....