Sucedió que al tercer día, por la mañana, hubo truenos, relámpagos, una densa nube sobre el monte y el sonido de un Shofar extremadamente fuerte; de tal manera que todas las personas que se encontraban en el campamento se estremecieron. Moisés sacó al pueblo del campamento para encontrarse con Dios; ellos se detuvieron en la parte inferior de la montaña. Todo el monte Sinaí estaba
completamente envuelto en humo, porque el SEÑOR descendió sobre él en
fuego y el humo ascendía como el humo de un horno, y todo el monte se
estremeció en grandemente. Cuando la voz del Shofar sonaba largamente y se volvía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía por medio de una voz. Todo lo que ha sido descrito en la Torá
sucede dentro de nosotros. El extracto anterior describe la primera
aparición de la propiedad de otorgamiento que la persona siente dentro
de sus propiedades. Están todavía son egoísta y contrarias al
otorgamiento, pero al mismo tiempo, ya aspiran a la similitud, a unirse
con estas propiedades y a comenzar a sentir que son algo valioso y
superior. Dentro de estas cualidades, nosotros estamos siempre
replanteando nuestros valores. Sin embargo, este proceso va acompañado
por el miedo a perder y a devastar nuestro egoísmo interior: “¿Con qué
me quedaré? ¿Dónde queda mi familia? ¿Dónde quedan mis amados? ¿Cómo es
posible renunciar a ellos?”. Después de todo, nosotros estamos
pegados a este mundo por medio de los hilos de las diversas conexiones.
Algo es más cercano a mí, algo es más lejano; esto me gusta, lo otro lo
odio…. Todo está compartimentado. Toda nuestra existencia se trata de
estos hilos. Así es como están configuradas nuestras vidas. Sólo unas pocas personas son capaces de
cortar de manera decisiva estas relaciones y ver qué sucede después.
Para nosotros, es peor que la muerte, puesto que perdemos completamente
el auto control. Nuestro egoísmo no
puede tolerarlo. Esta sensación puede compararse con el proceso del
parto, en el que un niño sale del vientre de su madre y pasa a estar en
el mundo que lo separa por completo de ella. ¿Pueden imaginar que nos
corten de alguien que nos da la vida? Es como ser privados del oxígeno.
¿Qué viene a continuación? No más
previsiones egoístas, ni sueños del futuro, ¡no hay nada a lo que
ustedes estén acostumbrados!
Pregunta: Entonces, ¿significa esto que el entrenamiento que pasamos no nos prepara para esta etapa?
Dr: Laitman El período de preparación
es para hacerlos entender que todavía no están listos. Los animales que
viven junto a nosotros no comprenden estos asuntos. Esta condición
puede sentirse solo por medio de la propiedad llamada “el hombre” en
nosotros; esta no tiene nada que ver con la propiedad del “animal” en
nosotros. El período de preparación es esencial para elevarnos al nivel
en el que comenzamos a sentir estos matices. De lo contrario, ¿por qué
debería suceder esta revelación, en relación a quién?. La conciencia de nuestra oposición y
falta de preparación ya es un alcance. Comenzamos a darnos cuenta de que
el atributo de otorgamiento es contrario a nosotros, que aún no estamos
allí, o simplemente que no lo entendemos (negación de la negación).Así
avanzamos.