El Zohar, Capítulo BeShalaj (Cuando el Faraón Envió)” Artículos 466-467: “Y Aarón y Hur tomaron sus manos”. Cuando él levantó significa que él levantó la derecha sobre la izquierda. Con esto, se quiere decir que cuando el extendió sus manos, Israel predominó, Israel por encima, ZA. “Y cuando él bajó su mano, Amalek predominó”. La derecha se refiere a Jesed (la cualidad de misericordia) y la Luz de Jasadim (Misericordia) es lo que más necesitamos. Primero y antes que nada la Luz de corrección, la Luz de Jasadim, debe reinar dentro de nosotros porque es la que une a todos en el mundo. Ella reina dentro de nuestros deseos (Kli), se cubre con la intención de otorgamiento y luego, hasta el punto en que el Kli es corregido por la intención de otorgamiento, el Kli puede estar arropado por la Luz de Jojma (Sabiduría), que es la presencia del Creador, Su sensación y revelación. Pero antes de que el Creador sea revelado, necesitamos tener equivalencia con Él. Esto se hace por la Luz de Jasadim, la Luz de otorgamiento y misericordia (Jesed), llenándonos a petición nuestra. Por lo tanto, toda la guerra entre Moisés y Amalek (Amalek es la abreviación de Al MentAt LEKabel, “en aras de recibir”) equivale a la exigencia inicial de Moisés por la Luz de la Misericordia, la fuerza de Jasadim, que es la fuerza de Aarón quien lo apoya desde la derecha. Entonces Moisés comienza a elevar sus pesadas manos, que se conocen como “las manos de la fe”. ¿Por qué son pesadas? Porque su deseo de disfrutar es grande y crece constantemente a cuenta de Amalek. Cuando el deseo de disfrutar se despierta en una persona, sus manos, “las manos de la fe”, el símbolo del otorgamiento, se bajan, y la intención para sí mismo le supera una vez más. Lo que sigue es la necesidad de apoyar las manos de Moisés. Por lo tanto, las Fuerzas Superiores salen en contra de Amalek: la derecha, Aarón y la izquierda, Hur, mientras que la Luz desciende desde Arriba y arropa nuestros deseos, corregidos por la fe, la Luz de Bina. Entonces Moisés es capaz de vencer a Amalek, su egoísmo. Esto sucede en muchas situaciones en nuestro trabajo: El deseo de disfrutar crece y nosotros debemos luchar contra él.