
La persona puede percibir esos cambios como una fuerza adicional de recepción que viene a él, en lugar de la fuerza de otorgamiento que lo cambia, y este tipo de percepción también es correcta. Sin embargo, aparte de eso, alcanza la misma fuerza de otorgamiento. De esta manera, el hombre avanza, en ocasiones a la derecha y en ocasiones hacia la izquierda, pero impulsado por la misma fuerza de otorgamiento. Él debe alcanzar esta fuerza de otorgamiento junto con la fuerza de recepción. Esas dos fuerzas comienzan a ser reveladas al hombre como dos líneas, la derecha y la izquierda. Entonces, el hombre avanza, algunas veces en un estado de descenso y algunas veces en un estado de ascenso. Aún no sabe exactamente qué son ascenso y descenso, y hasta ahora, los identifica por sus sensaciones actuales. Sin embargo, con el paso del tiempo, comienza a sentir que necesita usar esas dos líneas al estar entre ellas. De esta manera, toma el control de estas y comienza a combinarlas en la línea media. En esencia, todo nuestro trabajo consiste en estudiar juntos, deseando conectarnos entre nosotros en nuestros corazones, y aspirar a la unidad por encima de todos los desacuerdos y diferencias, porque todas esas cosas sólo le conciernen a nuestra existencia animada, la cual se queda aquí en este mundo. Queremos conectarnos en nuestros deseos, en nuestros puntos en el corazón, por encima de esas cosas. Cuando leemos El Zóhar con esta intención, el libro habla de nuestros estados corregidos, de la manera en que revelamos la cualidad de otorgamiento en la conexión entre nosotros que es lo mismo que el Creador, la Luz, el mundo espiritual, el mundo superior. Por esta razón, cada persona debe imaginar este estado al leer El Zóhar.