Todo está compuesto por dos triángulos: el superior con la Luz Directa y el inferior con la Luz Reflejada, Retornante. El triangulo con la Luz Superior se estrecha hacia abajo debido a que desciende de los mundos de Arriba hacia abajo para suministrar a la creatura el lugar de la existencia en la cual se puede realizar el otorgamiento, elevando la Luz Reflejada. Nosotros podemos hacer un corte en cada nivel y así podemos ver estos triángulos: Dependiendo de cuan estrecha sea la Luz Directa, la creatura es capaz de elevar la Luz Reflejada. Mientras más alto nos elevemos, mayores son las Luces Directa y Reflejada.
Nos parece que vivimos en ciertos mundos, pero en realidad, no hay nada aparte del deseo y la Luz, así realizamos el trabajo del Creador, ya sea que lo queramos o no, que nos demos cuenta o no, que seamos conscientes de ello o no, que estemos de acuerdo con él o no. Tu siempre trabajas para el Creador, la única diferencia es que lo desees o no. Los niveles de la naturaleza, inanimado, vegetativo y animado operan sin darse cuenta, solo por instinto natural. Pero en el grado del hablante, tenemos que comprender, alcanzar la raíz y estar de acuerdo con ella y solo entonces actuar de manera correcta. Por lo tanto, mientras nos desarrollábamos como “personas primitivas” habiendo permanecido de tal manera durante miles de años hasta hace muy poco (con la excepción de los cabalistas quienes revelaron los mundos superiores, empezando con el primer “hombre” Adám HaRishón), avanzamos bajo la presión de nuestro deseo egoísta el cual nos ha empujado a evolucionar. Aplicamos demasiado esfuerzo a lo largo de la historia. Trabajamos duro hasta cosechar la tierra, produjimos varias cosas y productos, peleamos, inventamos maquinas y nuevas tecnologías, construimos casas solo para destruirlas después, llevamos a cabo revoluciones en todas las áreas y niveles de vida. En resumen, empleamos esfuerzos para existir, para recibir la Luz Directa. Esos esfuerzos fueron nuestra “Luz Reflejada” en los mundos espirituales. Esta fue la esencia de nuestro desarrollo material. Es material porque tomó lugar dentro de nuestro deseo egoísta. En nuestra percepción de la realidad nos parecía que creábamos relaciones concretas y finas en la sociedad, cosechábamos, pero esencialmente, produjimos la Luz Reflejada y dentro de ella, recibimos la Luz Directa. Mientras tanto, nos parecía que trabajábamos en el mundo material, rodeados por nuestras maquinas, fabricas, casas campos y productos. Así le pareció a nuestro deseo egoísta, mientras que en realidad, los deseos (Kelím) con la pantalla y las Luces en los grados inanimado, vegetativo y animado estaban trabajando. Todos nos comportábamos como niños obedientes, cumpliendo con todo lo que el Creador quería. Nadie puede escapar a esto puesto que así es como trabajan el deseo de disfrutar y la Luz que actúa sobre él. Y cuando alcancemos el grado del hablante, las consideraciones se volverán completamente diferentes. Es por esto que ya no tenemos las fuerzas… El Creador nos dice: “¡Hazlo por ti mismo, solo!” Y estoy perdido: “¿Hacerlo yo solo, mientras que nadie me está forzando?” El Creador me despierta solo ocasionalmente y espera de mí la Luz Reflejada. Ahora Él quiere que lo haga por mí mismo. Este es el trabajo que tenemos que completar
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