Existen tres condiciones para una plegarias:
1.- Creer que Él puede salvarle, aunque uno se encuentre en la situación más crítica entre todos sus coetáneos. Pues, aun así, “¿Acaso la mano del Señor es demasiado corta” para salvarle? De ser así, entonces “el Señor no puede salvar a Sus vasijas”.
2.- Uno ya no ve otra solución, pues ya ha probado todo lo que estaba en su poder y aun así no encontró la cura para su difícil situación.
3.- Si Él no le ayuda, estaría mejor muerto que vivo. La plegaria es la petición en el corazón. Cuanto más perdido está, tanto mayor es la plegaria. Claramente, aquél que carece de lujos no es igual que aquél otro que ha sido sentenciado a muerte, al que le falta sólo ser ejecutado, pues ya está encadenado con cadenas de hierro y se para e implora por su vida. Ciertamente, este no descansará ni dormirá, ni se distraerá por un momento de rezar por su vida.
1.- Creer que Él puede salvarle, aunque uno se encuentre en la situación más crítica entre todos sus coetáneos. Pues, aun así, “¿Acaso la mano del Señor es demasiado corta” para salvarle? De ser así, entonces “el Señor no puede salvar a Sus vasijas”.
2.- Uno ya no ve otra solución, pues ya ha probado todo lo que estaba en su poder y aun así no encontró la cura para su difícil situación.
3.- Si Él no le ayuda, estaría mejor muerto que vivo. La plegaria es la petición en el corazón. Cuanto más perdido está, tanto mayor es la plegaria. Claramente, aquél que carece de lujos no es igual que aquél otro que ha sido sentenciado a muerte, al que le falta sólo ser ejecutado, pues ya está encadenado con cadenas de hierro y se para e implora por su vida. Ciertamente, este no descansará ni dormirá, ni se distraerá por un momento de rezar por su vida.
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