La economía está perdiendo su antigua importancia en el mundo. No
podemos poner nuestra vida a merced de la economía, porque no sabemos lo
que la determina. En el pasado pensábamos que entendíamos sus leyes,
pero hoy, los viejos principios son destruidos y ya no funcionan. La
fuerza económica ya no garantiza nada.
Un país
puede ser el más fuertes del mundo económicamente, pero no garantiza la
seguridad. ¿Qué puede hacer un país si el 20% de sus ciudadanos sale a
la calle y asesina a la gente con cuchillo?
¿Qué
vamos a hacer si los árabes nos atacan con cuchillos -niños, adultos,
jóvenes, hombres, mujeres, enfermos, sanos? ¿Qué tiene que ver con la
economía?
Por el contrario, mientras más dinero e inversión les damos, más nos destruyen. Israel dona de manera significativa a la franja de Gaza y podemos ver que eso no ayuda a mejorar la seguridad en esa región.
A la
cabeza del terrorismo está una ideología que no tiene nada que ver con
el nivel de vida. Mejorar el nivel de vida de los árabes no detendrá sus
ataques contra nosotros. Incluso, si les distribuimos productos gratis,
no serán felices. Están dispuestos a pasar hambre y sufrir, siempre y
cuando nos puedan destruir.
Podemos
armarnos con miles de aviones y tanques, pero no va a ayudar. Vean cómo
el mundo está tratando de aplastar a los terroristas de Siria e Irak,
sus esfuerzos son en vano. Dos millones de refugiados árabes ya han
penetrado en Europa y han terminado con la pacífica vida europea. Pronto
los europeos comenzarán a huir de Europa.
Por lo tanto, el único medio de garantizar la seguridad es la unidad del pueblo, de acuerdo con el método especial que la sabiduría de la Cabalá ofrece.
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