
Hoy en día, mucha gente se está cansando de la ruptura de las promesas tecnológicas, de riqueza, salud y lo más importante, un mañana seguro. Muy pocos han logrado todo eso hoy en día, e incluso no pueden afirmar que tendrán lo mismo mañana. Pero el beneficio de este estado es que nos está forzando a reexaminar nuestra dirección y preguntarnos. “¿Es posible que estemos equivocando el camino?” Particularmente hoy, en la medida en que reconocemos la crisis y el punto muerto que enfrentamos, podemos admitir abiertamente que el camino que hemos escogido es un callejón sin salida. En lugar de compensar nuestro egoísta distanciamiento de la naturaleza escogiendo la tecnología, deberíamos haber cambiado éste por altruismo, y consecuentemente por unidad con la naturaleza. En Cabalá, el término usado para este cambio es Tikkún (corrección). Percatarnos de nuestro alejamiento de la naturaleza significa que reconozcamos la división que aconteció entre nosotros (seres humanos) hace cinco mil años. Esto es llamado “el reconocimiento del mal”. No es fácil, pero es el primer paso para un mañana mejor.
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