Todo Israel son responsables uno del otro (Sanedrín, 27b, Shavuot 39).(Continúa de Cómo dejar de pensar en mí mismo – Parte 1)
7. Si en el grupo de todo el mundo piensa en todos los demás, el grupo se convierte en un sistema perfecto que existe en el estado de Arvut (garantía mutua) o un alma. Todos los amigos se elevan por encima de sus deseos y entran en un sistema conexión unificada entre ellos, convirtiéndose así en garantes en el otorgamiento entre sí. Cada persona con su “punto en el corazón” se separa de su egoísmo y se conecta con los “puntos en el corazón” de los demás. Así, los deseos se mantienen “abajo” y la conexión se produce entre los “puntos en el corazón”. En tal conexión de otorgamiento mutuo, actúan esencialmente diferentes leyes altruistas. Un nuevo mundo abre sus puertas ante una persona.
8. Una vez que una persona se ha elevado por encima de su egoísmo, la corrección de su conexión con los demás empieza por medio de la voluntad anteriormente rechazada. Al principio lo que sucede en “otorgamiento por el otorgamiento” y luego en “recibir para otorgar”. Todas las relaciones se llevan a cabo de manera conjunta para deleitar al Creador. Este espíritu colectivo que está presente entre los amigos se manifiesta en todos; son ahora capaces de detectar y apuntar su intención exclusivamente en ella. Aparece una sensación de interacción, no con uno mismo ni tampoco con los demás y sí con el todo unificado. La relación con el Creador, Quien es revelado en el todo unificado surge de esta unidad.
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