Creo que siento algo, pero en realidad yo no tengo sensaciones individuales. Cada sensación es una suma de las sensaciones de todas las almas, todo el Infinito. A eso se le llama la vasija espiritual. La vasija espiritual no me pertenece; es aquello que revelamos entre nosotros. En cuanto a lo que yo descubro dentro de mí mismo, esto se considera como el grado animado y la Cabalá no habla acerca de esto. Cada uno de nosotros es un animal. Pero la forma en que nos conectamos entre nosotros es exactamente lo que se llama la conexión espiritual. En la espiritualidad, sólo la conexión entre nosotros es lo que cuenta.
Esta conexión está rota; no obstante, pertenece a la espiritualidad. Es debido a esto que somos capaces de organizar una vida cómoda, animada, para nosotros aunque no tiene nada que ver con la espiritualidad que empieza con el discernimiento de nuestra conexión mutua. No se trata de una conexión simple, sino que pretende la revelación del Creador. Yo deseo conocer al Creador. Por consiguiente, discierno que necesito de las otras personas ya que desde el amor por los otros llegamos al amor por el Creador. Esta es la única razón por la cual el Creador rompió nuestras almas.
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