Debemos intentar construir un estado constante en el que estamos, supuestamente, en una convención continua de manera permanente, bajo la influencia de miles de personas que se juntaron en un solo sitio. Unas “vibraciones eléctricas” que inducen a uno a sentir todo el tiempo y en cada lugar. ¡La distancia no influiría en este campo espiritual! Esto depende de nosotros, podemos convertir este estado en permanente. Este campo de conexión y la dirección espiritual se consideran el grupo de cabalistas, precisamente y cada uno se encuentra bajo la influencia de millones de nuestros amigos alrededor del mundo y no sólo de 7,000 personas.
En principio levantamos un grupo compuesto de unos miles de estudiantes en la que todos están conectados dentro de nuestra red integral. Si parte del grupo consigue el estado de Arvut (garantía mutua), estos comienzan a irradiarlo hacia afuera de tal forma que no es posible ya frenarlo. Esto es lo que se llama la verdadera diseminación de la sabiduría de la Cabalá. Cada uno tendrá la posibilidad de venir, saber, averiguar si le sirve o no y puede ser que hoy no le sirva y mañana sí. La convención mundial de Bnei Baruch debe demostrarnos un estado que hay que convertir en constante y elevarse más y más. Esta será la influencia del entorno que debemos formar sobre el individuo. Si el entorno determina todo tu futuro y la rapidez de tu avance espiritual, entonces tú debes preocuparte únicamente de reforzarlo para que este te despierte todo el tiempo y te conduzca hacia adelante. Entonces seguramente llegarás a la convención, porque si no ¿a base de qué puedes avanzar? – no necesitas ningún otro medio más que este. Tú llegarás, pero a nosotros nos toca organizar tal influencia del entorno en forma permanente, puesto a que no hay otra motivación para el avance espiritual.

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