
1. La causa, que desciende desde Arriba.
2. La consecuencia, determinada desde Arriba
3. Nosotros, determinados por causa y consecuencia, en un espacio estrecho de la percepción de vida. Es por eso que estamos obligados a compensar lo desconocido con fe. La gente cree que existe una Fuerza Superior, “un espíritu”, que se convierte en todo lo que existe, le da vida, y determina el destino. Es decir, la esencia de la materia es determinada por el “alma” que le da vida. Esto es así porque nuestro egoísmo quiere pensar que pertenece a la eternidad. No existe prueba de esto, pero nos beneficia pensar de esta manera. El mecanismo de defensa del organismo no nos permite aceptar que las cosas pueden ser diferentes. De otra manera, la vida sería imposible. Si una persona no se sintiera eterna, si el siéntese absolutamente que su vida es finita, la persona no podría vivir. Imagínate que se te dice la fecha exacta de tu muerte. Esto pone una cruz en toda tu vida a partir del día de hoy. Esto se debe a que, a partir de ahora, continuarías viviendo con la comprensión exacta de tu inminente muerte. Una persona no es capaz de vivir así. La sensación más natural otorgada por la naturaleza consiste en que un alma, que de alguna manera existió antes del nacimiento y continuara viviendo después de la muerte, se viste en nuestro cuerpo, la recompensa y castigo principal ocurrirán en el mundo futuro y no aquí. Esperamos nuestra recompensa por todo nuestro trabajo presente. Una persona ni siquiera necesita ser enseñada sobre esto. La persona pensara esto de cualquier modo. No somos capaces de salir de esta ilusión, de la misma manera que no somos capaces de salir de nuestro egoísmo hasta que nos elevemos al mundo de la verdad, no después de la muerte de nuestro cuerpo, sino después de la muerte de nuestro egoísmo.
3. Nosotros, determinados por causa y consecuencia, en un espacio estrecho de la percepción de vida. Es por eso que estamos obligados a compensar lo desconocido con fe. La gente cree que existe una Fuerza Superior, “un espíritu”, que se convierte en todo lo que existe, le da vida, y determina el destino. Es decir, la esencia de la materia es determinada por el “alma” que le da vida. Esto es así porque nuestro egoísmo quiere pensar que pertenece a la eternidad. No existe prueba de esto, pero nos beneficia pensar de esta manera. El mecanismo de defensa del organismo no nos permite aceptar que las cosas pueden ser diferentes. De otra manera, la vida sería imposible. Si una persona no se sintiera eterna, si el siéntese absolutamente que su vida es finita, la persona no podría vivir. Imagínate que se te dice la fecha exacta de tu muerte. Esto pone una cruz en toda tu vida a partir del día de hoy. Esto se debe a que, a partir de ahora, continuarías viviendo con la comprensión exacta de tu inminente muerte. Una persona no es capaz de vivir así. La sensación más natural otorgada por la naturaleza consiste en que un alma, que de alguna manera existió antes del nacimiento y continuara viviendo después de la muerte, se viste en nuestro cuerpo, la recompensa y castigo principal ocurrirán en el mundo futuro y no aquí. Esperamos nuestra recompensa por todo nuestro trabajo presente. Una persona ni siquiera necesita ser enseñada sobre esto. La persona pensara esto de cualquier modo. No somos capaces de salir de esta ilusión, de la misma manera que no somos capaces de salir de nuestro egoísmo hasta que nos elevemos al mundo de la verdad, no después de la muerte de nuestro cuerpo, sino después de la muerte de nuestro egoísmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.