Baal HaSulam, “La esencia de la religión y su propósito”: Él ha creado las criaturas solo para otorgarles. Así aprendemos que Él tiene sólo un deseo de otorgar bondad y que es absolutamente imposible que algún daño pueda haber en su heredad, provenga de Él. Por lo tanto lo hemos definido a Él como “el Bien Absoluto”. Es difícil aceptar esto. Después de todo estamos viviendo en nuestro deseo egoísta que tiene graves quejas acerca de la fuente, del Creador, de la naturaleza, u otras cosas. El mundo en el que me siento cita muchas quejas. Internamente no puedo aceptar el hecho de que todos los demás no me obedezcan. No puedo aceptar el hecho de que el placer infinito no me llene constantemente. Yo sólo encuentro problemas todo el tiempo, así que ¿cómo puedo aceptar el hecho de que Aquel que maneja el mundo es bueno y benévolo? Si yo pudiera crear el mundo por mí mismo, lo haría de una manera totalmente diferente: Todo lo que hay en él sólo existiría para servirme. Pero el mundo es todo lo contrario, todos lo ven solo para quejarse de la creación. Así que ¿cuáles son los motivos para hablar del Creador como el Bien Absoluto? Sobre la base de que Él es el primero y primordial. El deseo de recibir fue creado y estimulado por medio de la abundancia, por el otorgamiento. La abundancia y el otorgamiento no necesitan ningún factor preliminar. Por lo tanto el término “primero” se caracteriza por un único mundo: la integridad. En otras palabras, el “primero” no puede tener deficiencias, sin importar cuales. La totalidad genera solamente una deficiencia: ampliar la totalidad. Aquí también hay un gran problema: ¿De dónde obtiene el Creador tal deseo? ¿Carece Él de algo, en realidad? Sí, Él necesita otorgar, dar. ¿Podemos ver esto como una deficiencia? Desafortunadamente, ahora no podemos entender estos conceptos. Nosotros los percibimos como falta de evidencias, puesto que carecemos del sentimiento, de la comprensión y de la aceptación. No hay nada que podamos hacer aquí, ya que hasta que entremos en el mundo espiritual no sabremos cómo revisarlos y cómo medirlos, por no hablar de cómo sentirlos.Esta siempre será una explicación “deficiente”, de tal manera que podemos aceptarla hasta cierto punto, pero no completamente. No podemos entender que el Creador sea el Bien Absoluto y no podemos alcanzar esto sin la influencia del entorno que puede proporcionarnos todo lo que necesitamos incluyendo eso.
Así que si nosotros, con el tiempo, percibimos nuestra fuente como el Bien Absoluto, tenemos que ver que todos los problemas y los defectos están en nosotros. Nosotros aun tenemos que llegar a esta conclusión y entonces, llegaremos a otra pregunta, ¿somos todos corruptos? ¿O son todos defectos en mí, mientras que los otros están en un estado de plenitud como el Creador? Mi escrutinio se hace más claro. Cuando yo admito que sólo yo soy imperfecto, empiezo a aclarar: ¿Dónde exactamente no estoy yo completo, en qué deseos, en qué relaciones? Y ¿es sólo en relación al mundo? ¿O en relación a mí mismo, al grupo, al Creador? Y así avanzo, voy cada vez más profundo y mi examen siempre revela la imperfección en comparación con la totalidad. La mayor división es que el Creador lo es todo y nosotros no. En el segundo estado, yo trazo la línea entre la realidad perfecta y yo. Entonces llevo a cabo el próximo examen, de acuerdo con la revelación de las vasijas.
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