Baal HaSulam, “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot“, ítem 141: “Ahora pueden entender el significado de las palabras, “abandónenme a Mí y observen mi ley”. Ellos interpretaron, “Desearía que Me hubieran abandonado y hubieran observado Mi Torá, la Luz en ésta los reforma”. Existe un enlace entre el Creador y tú, la Luz, la cual es tu deseo corrupto de recibir. Si lo corriges, sentirás el mismo resultado llamado Luz o el Creador es decir “ven y ve” (Boré en hebreo) en la materia misma. El Creador se revela en tu deseo corregido de acuerdo a la corrección de éste.
En general el método por medio del cual corriges tu deseo con el fin de sentir, entender, y revelar al Creador, es llamado “Torá”. Con su ayuda evocas una fuerza especial, la fuerza de otorgamiento, que es externa a ti y con la cual corriges tu deseo. Según el grado en el que la pides, esta fuerza cambia el deseo investido en este y sientes la Luz, el Creador, tu estado sublime. Esta es la única manera en que puedes avanzar. Si no pides la corrección y acudes al “Creador” que tú has inventado, tu trabajo será estéril, ya que no se corresponde con la realidad.
Pregunta: ¿Qué quiere decir “observar mi ley”?
Rav: Significa que todas tus acciones deben estar dirigidas sólo a la corrección de la vasija corrupta de acuerdo al principio: “He creado la inclinación al mal, He creado la Torá como una especia para esta”. Si tú trabajas de manera correcta en la corrección del deseo, este comienza a tomar la forma del Creador. Entonces comienzas a entenderlo, a reconocerlo, y a adherirte a Él. Tienes un “material” que ha tomado una nueva forma, una forma de otorgamiento y amor. Entonces, a través de la materia del deseo llegas a la adhesión con la forma del Creador.
Pregunta: Si estamos hablando de tener que encontrar el punto del centro del grupo, ¿qué tiene esto que ver con “observar mi ley”?
Rav: Es ahí, en el centro del grupo, que corriges tu inclinación malvada. Es ahí y sólo ahí que descubres al Creador, tus estados espirituales avanzados. No hay otro lugar en el que la “materia” malvada del deseo pueda ser revelada excepto en el centro del grupo que debe ser revelado como una montaña de odio, como el “Monte Sinaí”. Entonces al comprometernos con la garantía mutua, con la alianza y con la ayuda mutua, comenzamos a descubrir la Luz que Reforma. Esto es también llamado la “recepción de la Torá”: Nosotros la recibimos si sentimos que no podemos corregir nuestra conexión, pero no tratamos de huir del problema. Entonces recibimos la Torá y corregimos la separación, y entonces el Creador se revela.
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