Acerca
de los discípulos de Abraham que junto con él dejaron Babel y se
llamaron a sí mismos “Israel”, lo cual significa “directo al Creador, Yashar Kel“. También se llamaron a sí mismos “judíos, Yehuda“, que viene de la raíz hebrea “Yehud, unidad” porque querían unirse. Se llamaron a sí mismos “hebreos, Ivrim, עברים, de la raíz hebrea “maavar,
מעבר, trascender)”, porque querían trascender de un nivel a otro. Todos
los nombres son dados de acuerdo a la dirección, a la inclinación y al
anhelo.
En general, existe un deseo de recibir. Una pequeña parte de éste es llamada Bnei Baruj
(BB). Otra parte más grande es llamada “La nación israelí en la tierra
de Israel”. Una parte más grande es llamada la “nación israelí en la
diáspora”. Finalmente existe la parte llamada “las naciones del mundo”. Aquellos que tienen un punto en el corazón (•) pertenecen a la parte llamada Bnei Baruj.
Las dos partes de la nación israelí son aquellas que por el momento
están sin el punto en el corazón y el punto del corazón por supuesto no
existe en aquellos llamados las naciones del mundo. Pero aquellos que
“están en la tierra de Israel” tienen Reshimot (genes
espirituales) del punto en el corazón que tenían antes y ahora está
oculto. Ahora se está ejerciendo una presión externa sobre ellos. Y con
respecto a la nación israelí en la diáspora, ellos tienen Reshimot y se ejerce sobre ellos un diferente tipo de presión, el antisemitismo. Las
“naciones del mundo” tienen un punto en el corazón que está oculto
incluso más profundamente. Este aparece gracias a la integración, cuando
las chispas del otorgamiento entraron a las vasijas de recepción,
excepto por la última parte del deseo de recibir llamado “el corazón de piedra“. Esos ya son llamados los “dañinos de los dañinos”.
Este tipo de división es posible en el nivel corporal.
Desde un
punto de vista espiritual, todo el que tenga un punto en el corazón
pertenece a Bnei Baruj, sin importar a qué nación pertenece en la
corporalidad. Similar a la manera que fue en Babilonia, la persona entra
al grupo si anhela la meta de la creación. Así nos relacionamos con la realidad de acuerdo al principio de Babilonia. En
correspondencia, las personas con un punto en el corazón sienten que
tienen que corregirse sí mismas y al mundo. Aquellas que se niegan a
reconocer su misión, a pesar de las Reshimot que hay en ellas, sienten una presión externa en la forma de antisemitismo o una amenaza a su supervivencia. Hoy las
personas son llamadas “judías” de acuerdo a sus señales externas o
apariencia y etnicidad. Esas personas también tienen que entender que
deben cumplir con su rol. Todas aquellas que pertenecen a la categoría
de “Israel”, a los descendientes de aquellos que dejaron Babilonia y
pasaron por muchas reencarnaciones a través de la historia, son
responsables de la corrección. Incluso si esa persona no quiere
corregirse, si no está interesada en ninguna clase de corrección, nadie
se lo está preguntando. Existe una Reshimo en sus genes que
despertó en Babilonia y tiene que realizarla. Si no la realiza, el
mundo entero exigirá de ella la parte que falta en la corrección. Las
personas simplemente reaccionan a la falta de llenado que tienen que
recibir de ella y no importa cuán “bien se comporte” en este mundo,
nada ayudará. Nadie tomará en cuenta su buen comportamiento, ya que éste
sólo indica una cosa: No está haciendo lo que tiene que hacer. “¿Para qué necesitamos todos tus descubrimientos científicos y tus avances en medicina? Exigimos algo más de ti: lo principal”.
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