Los jóvenes que estudian tanto en las escuelas como en las
universidades siguen siendo niños, pero al mismo tiempo tienen una
actitud totalmente madura. Hay una brecha tan grande entre estos dos
estados que es como si los “dividieran”. Por eso, es muy difícil que los
adultos se comuniquen con ellos.
Dr: Laitman En
la escuela, ellos naturalmente se comportan como niños comunes. En
consecuencia, la relación y las demandas que se les hacen permanecen en
el mismo nivel. Durante el proceso integral, ellos se
transforman rápidamente en adultos, pero no como los adultos comunes,
sino que son como aquellos que están conectados. Ellos forman otra
estructura social. Nosotros les hacemos un llamado a que participen, ya
que esta estructura es la mejor y más fértil para el desarrollo tanto
espiritual interno, como para el desarrollo intelectual y en general
para el éxito en la vida. Por lo tanto, la integralidad que ellos
adquieren suaviza cualquier diferencia en sus opiniones en la que, por
una parte, entran en una sociedad madura y estudian en una universidad y
por la otra, a la edad de 14 todavía son niños. La relación integral
entre ellos conecta estas dos polaridades, las suaviza para que sea más
simple, más fácil y más suave; ellos sienten la mutualidad. De ello se
deduce que las personas con integralidad toman sobre sí la carga de la
edad adulta que quizás todavía no quieren asumir. A través de un enfoque
correcto como este, podremos enderezar todos los problemas.
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