El deseo es todo lo que la Luz (el Creador) creó. Por lo tanto, el
deseo es llamado “algo de la nada”, puesto que no existía antes que la
Luz lo creara. Esta es la única acción, el acto de la creación. A continuación, el deseo de recibir
evolucionó desde la fase cero hasta la cuarta fase, y con la influencia
de la Luz comenzó a sentir su existencia, es decir, quién y qué es. En
este estado de pronto comenzó a sentirse como receptor. Si tan sólo fui
creado de esta manera, esto es una cosa, pero, además, yo también
entiendo que quiero recibir, disfrutar de la recepción, lo cual ya es
otra cosa. Aquí estamos hablando de la intención: el deseo de recibir
reveló la intención dentro de él y ésta era opuesta a la intención del
Creador. Por lo tanto se creó una inmensa brecha
entre la intención del deseo que fue creado (una intención en aras de
recibir placer para sí mismo) la intención del Creador que el deseo se
siente (la intención de darle placer a la criatura, de llenarla, de
preocuparse por ella y así sucesivamente). La sensación de la gran brecha, la sensación de ocultamiento hace surgir algo en el deseo de recibir llamado, Tzimtzum Alef,
primera restricción. De hecho, este fue el comienzo de la creación. Con
la influencia de las condiciones existentes, el deseo de recibir
comienza a hacer algo por sí mismo. Comienza a recibir sólo para darle
placer a su Creador, es decir que trata de ser como Él. Y esta semejanza
con el Creador es el primer mundo entre los cinco mundos (dado que el
deseo de recibir está compuesto por cinco niveles), el mundo de Adam Kadmon (AK), que es Adam HaRishón (el primer hombre), el prototipo del hombre.
Esto completa la primera etapa, puesto
que el deseo de recibir no puede hacer nada más. A fin de continuar
realizándose, son necesarias nuevas acciones. Los detalles de estas
acciones son más interesantes. Desde abajo del Tábur de final de Galgalta ve Eynaim, se hace una mezcla de los deseos, más precisamente, se trata de una mezcla de las intenciones Lo Lishmá y Lishmá. Después de esto, se hace Tzimtzum Bet,
la segunda restricción. Esto le da un empujón para continuar con un
desarrollo tan grande, que en un momento el deseo de recibir recibe
dentro de sí la Luz como si fuera Lishmá, luego descubre que a
pesar de todo esto, no está preparado para hacer esto, que no está a su
alcance el mantener la intención correcta y recibe todo para sí mismo.
El estado en el que se revela el llenado egoísta es llamado la ruptura
del deseo de recibir. Después de esto, dentro de este deseo
roto aparecen nuevos mundos, se construyen nuevos sistemas. Todos
estos sistemas ya están construidos en un estado en el que el deseo de
recibir entiende y es consciente de qué es, de quién es y de cómo se
debe construir un sistema en el que pueda repararse, es decir, pasar de
la intención a fin de recibir a la intención con el fin de otorgar. Todo esto ocurre cuando aún no existe
nada además de los dos deseos, las dos fuerzas opuestas, es decir,
incluso antes de formarse nuestro mundo, antes del Big Bang,
antes de nuestro universo, previo a todo. Estas dos fuerzas construyen
todo el sistema de control a través del cual aparecen cuatro mundos: Atzilut, Beria, Yetzira y Assiya (ABYA). Así se crea el sistema de control.
Y después de esto, a partir de ese punto central del mundo del Infinito, Olam Ein Sof, (∞), el cual se avergonzó y por lo tanto, hizo un Tzimtzum, restricción, se forma un Partzuf interno único, un pequeño sistema interno muy singular. Este es llamado Adam y
su meta es parecerse absolutamente el Creador, llevar a todo el deseo
hacia l equivalencia de forma con Él. Este sistema también pasa a través
de una ruptura, de una división en una multitud de partes que caen en
nuestro mundo.
¿Qué es este mundo? En él están las
condiciones con cuya ayuda el deseo de recibir puede corregir su
intención. ¿Cómo hacer esto? Lo hace de una forma completamente
independiente del Creador. De lo contrario, esta no sería una corrección
independiente y el deseo de no sería independiente. Por lo tanto,
después de los cinco mundos: Adam Kadmon, Atzilut, Beria, Yetzira y Assiya,
del descenso a través de los 125 niveles que comienzan desde el mundo
del Infinito y llega hasta nuestro mundo aquí, por debajo de todos los
mundos superiores, se forma un nivel único.
Éste es único, en cuanto a que aquí
existen cuerpos, lo comprendemos como cuerpos que nacen, se desarrollan,
envejecen y mueren. Además de esto, estos cuerpos también se dividen
en masculinos y femeninos. Aquí se forma un sistema completo de la
acción de fuerzas, que en nuestro estado y conciencia se sienten como
cuerpos. En los mundos espirituales, sólo existen deseos e intenciones. Y
en nuestro mundo físico, hay tres factores: el cuerpo, el deseo y la
intención. Por esta razón, los cuerpos pueden alcanzar diferentes
relaciones entre ellos, aproximación y distanciamiento mutuos. Esta
aproximación, distanciamiento no influyen necesariamente en el deseo y
la intención.
Los deseos pueden ser completamente
diferentes, las intenciones pueden ser completamente opuestas, muy
malas y simultáneamente entre los cuerpos puede haber cercanía. Vemos
esto en nuestro mundo. Los políticos o personas que se odian se reúnen,
digamos, “escondiendo un cuchillo o una pistola” tras sus espaldas,
sonriendo amablemente, apretándose las manos unos a otros, hablando y
poniéndose de acuerdo entre ellos sobre las cosas. Esta es la singularidad de nuestro
mundo, esta es su ventaja y su deficiencia. Aquí, sin corregir los
deseos y las intenciones, es posible acercarnos unos a otros a través de
los cuerpos. Y si nosotros no entendemos esta condición, la
singularidad de nuestro mundo, si juzgamos la cercanía interna según la
proximidad externa, entonces es claro que perdemos.
Un ejemplo adicional es la atracción
sexual. En general, a temprana edad, las personas aún no entienden que
esta es una unidad corpórea. Como resultado, hay muchos problemas. La gente no entiende que la principal
proximidad debe ser mucho más profunda, interna, intencional, el
propósito de la vida. Cuando ustedes no puedan alcanzar esta meta sin
otra persona, entonces será realmente la verdadera proximidad. Por lo tanto, en nuestro mundo esta
imagen está formada por “cuerpos”, una verdadera ilusión. Esta está
dividida en cuatro niveles de la naturaleza: inanimado, vegetativo,
animado y hablante. Como ya sabemos por una parte de la
Cabalá llamada la percepción de la realidad, todos los cuerpos aparecen
sólo en nuestra imaginación interna. Todo el inmenso mundo material se
siente sólo como algo externo. Sin embargo, de hecho, se revela de esta
forma sólo en nuestra conciencia. Los físicos, biólogos y psicólogos ya
han hablado de ello. Pero, por otro lado, esta es la
singularidad de nuestro mundo y en general, la realización de todo el
proceso de evolución de la creación, porque éste nos lleva hacia un
estado desde el cual podemos empezar a acercarnos al menos
corporalmente. ¿Hacia dónde nos lleva todo esto? A lo
largo de la historia, humanidad se ha desarrollado de acuerdo a una ley
interesante, la ley del ego creciente. Si estamos hablando de la simple
naturaleza, entonces, también en ella evoluciona por primera vez el
nivel inanimado después de eso el nivel vegetativo, a continuación el
nivel animado y sólo después de eso se desarrolla el humano. Sin
embargo, estas etapas son temporales, dado que el proceso alcanza una
determinada etapa y luego se detiene y no continúa evolucionando más.
Esta es la evolución gradual por etapas.
Todos sabemos sobre los cataclismos
naturales que ocurrieron durante la evolución en la superficie de la
tierra. Después de eso, el ser humano evolucionó a partir del mono. La
Cabalá nos revela cómo y por qué sucedió esto. Está claro que los
cabalistas escribieron sobre ello mucho antes de Darwin. De esto se nos
habla en El Libro del Zóhar, en los libros del Ari (el cabalista que vivió en el siglo 16) y en la “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”, que es el comentario al Libro del Zóhar escrito por Baal HaSulam. La evolución humana es más interesante:
Cientos de miles de años pasaron hasta que llegó en el siglo 20 la etapa
evolutiva exponencial más seria. A comienzos del siglo 21, nosotros
hemos alcanzado un estado de saturación: El ego dejó de evolucionar e
incluso comenzó a disminuir un poco. En otras palabras, hemos comenzado a
comprender que existe un final para el ego. Nosotros anhelamos todo el
tiempo alcanzar la cima de nuestra evolución; nuestro ego creció y
pensamos que este crecimiento podría ser infinito. Especialmente en el
siglo 20 nos atrajo el sueño americano de la felicidad general en una
sociedad de consumo ilimitado infinito. Parecía que podríamos verlo y
conocerlo todo, que podríamos disfrutar de todo, que todos nosotros
serían libres y felices, que viviríamos cientos de años e incluso más.
Todo parecía como un sueño color de rosa. Estábamos seguros de que
nuestros hijos vivirían mucho mejor que nosotros; que sería posible
vivir tanto por nuestro bienestar como por el bienestar de ellos, es
decir, que seríamos doblemente felices. Después de eso, el ego creció a un
estado en el que no hay vida para nosotros y seguramente tampoco será
mejor para nuestros hijos. Ya a partir de hoy, vemos y sabemos esto.
Estamos preparando un mundo que es malo para ellos, mucho peor que la
actual. Esto se siente en los desastres
naturales y en todo lo que sucede en el mundo. Incluso las naciones
desarrolladas han alcanzado rápidamente un umbral y están empezando a
caer. De tal forma que nuestro ego nos ha
llevado a un callejón sin salida y vemos que hemos alcanzado el “final
de la línea”. Los cabalistas indicaron este punto en 1995. Este es el
único indicador que señaló Baal HaSulam. En su opinión, a partir
de entonces, la humanidad sería consciente del final de su evolución y
de que nuestro ego no es infinito. Se trata del final del proceso que comenzó con el Big Bang, el cual fue el comienzo de nuestro universo, hace supuestamente 14 mil millones años. Comenzando desde el Big Bang hasta nuestros días, todo este período, fue un periodo de evolución del ego. Aquí llega a su final.
¿Pueden imaginar qué momento único
estamos viviendo? A partir de hoy el ego empieza a “plegarse” vemos
esto de acuerdo a los casos de depresión, a los problemas en la familia
(niños, divorcio), a la condición social, a las relaciones entre
nosotros, al avance hacia una nueva guerra mundial y así sucesivamente.
Las personas ven renovada todo el tiempo la falta de perspectiva. El
estado egoísta, por su propio bien, Lo Lishmá, está sobreviviendo
ante sí mismo. Nosotros no estamos preparados para separarnos de él,
pero ya no nos parece como algo absoluto, cierto, e inconmovible. Por lo
tanto, la naturaleza nos obliga a cambiar la vieja percepción, nuestra
relación hacia el mundo, hacia la vida y hacia nosotros mismos. La Cabalá nos habla sobre esto, que
precisamente ahora, la humanidad tiene la oportunidad de alcanzar la
conciencia del final de su evolución y de volver a pensar en la meta de
su existencia: ¿Realmente existimos nosotros sólo en beneficio de
nuestros cuerpos? ¿Comprendemos realmente nuestro mundo sólo a través de
nuestros cuerpos que lo absorben todo a través de los cinco sentidos:
vista, oído, gusto, olfato y tacto, o no? Los diversos tipos de ondas
influyen en nosotros, nosotros las percibimos y vemos el mundo en una
especie de pantalla interna.
Pero, ¿lo percibimos todo? ¿Existimos en
la forma correcta? ¿A través de nuestro ego, a través de la
preocupación única por nuestros cuerpos, no estamos metiéndonos en una
trampa de información psicológica que contrae y destruye nuestros
alcances y emociones, nuestra existencia? En breve, venga, revisemos de
nuevo, ¿estamos o no en lo cierto con respecto a nuestro enfoque egoísta
conservador? Esta es la singularidad de nuestro
tiempo, el tiempo del descubrimiento de la sabiduría de la Cabalá como
un medio que permite descubrir en nosotros la nueva sensación. Esto hace
que sea posible no permanecer bloqueados en nuestros cinco sentidos
“bestiales” que mueren juntos con nuestros cuerpos y desarrollar en
nosotros un nuevo sentido interno que no depende de nuestro cuerpo. Este
es llamado la Neshama, alma. En principio, este también es un
cuerpo, pero espiritual. Nosotros lo desarrollamos muy fácilmente a
través de un cambio desde la intención de “para mí” hacia “para los
demás”. Esto nos ayuda a salir de los límites de nosotros mismos y a
comenzar a sentir lo que otros sienten. Porque si yo lo siento todo
dentro de mí, mi realidad se llama “nuestro mundo”, y si puedo sentirlo
todo en cada una de las otras personas de la humanidad, entonces siento
un mundo superior, sólo si puedo entrar en las sensaciones del otro y
estar por fuera de mí mismo. Los sufrimientos que sentimos en
nosotros son la verdadera crisis. Esta es una ayuda enorme para que
podamos salir de nosotros mismos y empezar a sentir el mundo que existe
por fuera de nosotros.
Entonces llega un estado tal, que, en
principio no me importa lo que siento dentro de mí. Es como si estuviera
viviendo dentro del otro, y por lo tanto paso de mi “yo” limitado,
mortal, al “yo” infinito, inmortal. Esto es lo que nos da la sabiduría
de la Cabalá. Esencialmente, ésta nos da mucho más. Porque la muerte está vinculada a mi cuerpo “bestial” y el Ein Sof está ligado al alma.
En otras palabras, yo entro en un área
completamente diferente, en una nueva dimensión dentro de la cual
realmente existo. Empiezo a sentir este mundo como algo imaginario,
que en realidad no existe. Esto se debe a que éste sólo existe dentro de
mi imaginación errónea, en mi percepción egoísta donde estoy centrado
sólo en mí mismo. De tal manera que nuestro mundo es
único, ya que aquí podemos acercarnos con la ayuda de los cuerpos,
incluso con diferentes intenciones. Podemos reunirnos en un círculo con
un número de amigos, alrededor de una mesa redonda y comenzar a
conectarnos unos con otros. A pesar de que la conexión entre nosotros
sea artificial, incluso si desde el principio no tenemos buenas
intenciones hacia los demás, dado que por naturaleza somos egoístas, aun
así hay un grupo, hay una mesa redonda, hay un “patio de recreo” en el
que todos podemos unirnos y apoyarnos unos a otros en este sentido, y
entre nosotros, existe una Arvut circular, la responsabilidad
mutua. Esto es posible, porque depende de nosotros el alcanzar una meta
común. Nosotros utilizamos todas las oportunidades materiales, todo lo
que está en nuestras manos. Acerca de esto se nos dice, “Todo lo que
esté en sus manos, deben hacerlo”. Tratamos de alcanzar la conexión
entre nosotros, en la que cada uno puede salir de sí mismo y ser un todo
único.
¿A qué se debe es este imperativo? Es
sólo con el fin de que se ayuden unos a otros. No hay nada además de
esto. ¿Por qué existe este todo único? ¿Por qué ocurrió la ruptura del
único deseo en una multitud de deseos? Sólo para que a través de este
tuviéramos que anhelar la ayuda mutua, es decir que cada uno pudiera
salir de sí mismo hacia el otro. De esta forma anhelamos alguna clase de
todo común, a pesar de no querer hacer esto, pero tratamos de actuar
juntos con la ayuda de los cuerpos. Nos reunimos en un grupo, llevamos a
cabo diversas actividades, organizamos convenciones, estudiamos,
enseñamos y nos educamos a nosotros mismos. Tratamos de alcanzar la
conexión entre nosotros, una “bola de frambuesa”. Nuestro impulso pasa
de uno a otro. Podemos apoyarnos unos a otros, despertar a los demás.
Podemos ampliar y mejorar psicológicamente la conexión entre nosotros. La primera condición está en esto, que
la conexión debe existir de acuerdo a las leyes que escribieron para
nosotros los cabalistas. Porque esta unidad, el acuerdo, debe ser como
un Kli, es decir, la característica del máximo otorgamiento y
amor, tanto como sea posible. Los artículos cabalísticos que dejaron
para nosotros nuestros maestros nos dirigen hacia ella. Ellos
escribieron y grabaron para nosotros lo que debe ser la conexión; ellos
determinaron todas sus condiciones. Por lo tanto, el “acuerdo” entre nosotros debe ser como un Kli. En general, no hay necesidad de inventar las condiciones de la
conexión. Por medio de nuestra mente distorsionada que nos empuja todo
el tiempo de manera egoísta hacia dondequiera que sea, sólo inventamos
lo que es útil para nuestro ego, pero de ninguna forma o manera hacia la
espiritualidad. Nosotros no entendemos que significa esta
espiritualidad y por tanto, tenemos que escuchar a las fuentes. Esto es
muy importante porque hay una multitud de “sabios” que comienzan a
inventar algo por sí mismos y es claro que después de algún tiempo,
fallan. Ellos están listos para destruir esta vida por nosotros y
nosotros no tenemos éxito para conseguir lo que estamos buscando. Pero también existe una segunda
condición: Depende de nosotros el explorar el mundo superior, en otras
palabras, lo que tenemos que alcanzar. También nuestros estudios deben
basarse en las fuentes, en los libros que fueron escritos por personas
que alcanzaron el mundo superior. Nosotros aspiramos al mundo superior y
según el grado de nuestro anhelo de estar más cerca de él, según el
grado de tensión, recibimos una influencia de él, llamada Ohr Makif (la Luz Circundante). Ésta nos ilumina a todos, sólo ilumina,
está por todas partes. Pero seguirá iluminándonos sólo en la medida en
que la anhelemos. Cuando nosotros deseamos acercarnos a ella, entonces,
en ese mismo grado despertamos en nosotros mismos una Luz más fuerte.
Al igual que con el efecto Doppler,
aparecen en mí nuevas características internas específicamente, debido a
que yo me encuentro en un campo uniforme de igual voltaje, pero si me
muevo dentro de él, entonces se crea en mí una tensión como la
electricidad que se crea en un cable bajo la influencia de un campo
magnético. Esta es la bien conocida Ley de Inducción; todo lo que tiene
electrones libres, puede utilizarse como un conducto mientras se mueva
dentro del campo eléctrico. Así que nosotros también nos movemos en
un campo uniforme de Luz, según el grado de anhelo por ella, es decir,
al tratar de movernos más rápidamente, de alcanzar, de conseguir y de
descubrirlo, en esa medida surge en nosotros la “inducción”, se forman
en nosotros las “corrientes de inducción”. Ellas nos cambian, cambian
nuestras intenciones, de Lo Lishmá a Lishmá. En principio no entendemos cómo sucede esto, pero el fenómeno actúa gradualmente. De esta manera, todo el desarrollo que
se espera para nosotros, nos lleva a la conexión. Por lo tanto, existen
diversos dispositivos como estos en la naturaleza, como los intentos por
conectar a las naciones, las distintas corporaciones, organizaciones
profesionales y grandes industrias, sindicatos internacionales como la
Unión Europea, etc. Pero nosotros no sabemos cómo
conectarnos. Por lo tanto, todo sucede de forma opuesta. La Unión
Soviética también se rompió debido a que no pudo unirlos a todos sobre
una base espiritual común, Europa también se romperá; el resultado de
esto no lo conocemos. Además, los Estados Unidos y en general, todos
los sindicatos comenzarán a romperse porque todos ellos están
construidos con base en el ego mutuo. Únicamente si empezamos a entender
que nos toca a nosotros conectarnos, entonces, pasaremos de una manera
buena, fácil y cómoda a través de este camino, de esta transición del
distanciamiento mutuo a la atracción mutua. Para ello se nos dio la
sabiduría de la Cabalá. Pero si no podemos usarla, entonces
lamentablemente seremos empujados hacia un mayor sufrimiento, odio
mutuo, con grandes pérdidas para toda la humanidad en una III y IV
Guerras Mundiales, así sucesivamente. Entonces, la unificación de nuestro
mundo está en esto, en que específicamente en esto podemos darles nueva
forma a nuestras intenciones de Lo Lishmá a Lishmá y
hacerlo de forma totalmente independiente, sin depender del Creador, es
decir, construir por nosotros mismos la equivalencia de forma con Él sin
estar bajo Su influencia revelada. Nosotros estamos dispuestos a
construir entre nosotros un estado similar a la espiritualidad, a
despertar sobre nosotros mismos la Luz que Reforma y a avanzar en este
camino. Por lo tanto la solución está sólo en la
conexión entre nosotros. En consecuencia, hemos desarrollado la
Educación Integral, ante todo, a fin de seguir uniendo al mundo y en
segundo lugar, para elevarlo hacia el Creador. Nosotros nos encontramos en una
situación única, porque hemos recibido un despertar único desde arriba y
por lo tanto éste nos ha traído hacia la conexión (S), hacia la Cabalá,
hacia el estudio. Y a partir de esta condición, debemos ocuparnos de
nuestra difusión. En principio, todo el mundo de hoy está
en crisis, sólo depende de nosotros que éste entienda qué es esta
crisis y cuál es su propósito. Al final, nosotros, como la parte elegida, única, debemos tomar este mundo entero y elevarlo junto con nosotros
al nivel del Creador, conectarlo con el Creador.
Es posible hacer esto en el menor tiempo
posible, todo depende sólo de nosotros. Espero que entendamos que la
solución está en la conexión y que la conexión correcta sólo puede
existir a través de nosotros, que empezaremos a involucrarnos
seriamente en la difusión de la educación y el aprendizaje integral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.