A menudo, las personas que viven juntas desde hace mucho tiempo en realidad no se conocen entre sí. En el método Integral hay un ejercicio llamado “convivencia”, en el que los cónyuges comienzan a familiarizarse nuevamente uno con el otro: La mujer
dice cómo ve ella a su marido, él dice cómo se ve a sí mismo y así
sucesivamente. Cuando comparan esto, ellos entienden que no se conocen
entre sí. ¿Puede tal ejercicio utilizarse con un adolescente?
Dr: Laitman Este
es un ejercicio muy práctico y beneficioso, pero debe utilizarse
gradualmente, ya que es muy difícil que la persona salga de sí misma y
comience a percibir el mundo
a través del otro, especialmente del opuesto de ella. Es aún más
difícil que un niño se involucre en este proceso, porque siempre ve que
los padres se comunican entre sí sobre una base puramente doméstica. Por
lo tanto, es mejor no unirlo a él en las interacciones integrales
cuando los padres discuten algunos problemas comunes. Yo sé esto por mí mismo. Mis padres eran
médicos: mi madre a una ginecóloga y mi padre un odontólogo. Ellos a
menudo hablaban de temas profesionales. Mi madre estaba involucrada en
la investigación en su campo,le hablaba a mi padre acerca de esto y
yo escuchaba por casualidad. Cuando era niño,
yo estaba interesado en los problemas sexuales y ginecológicos. Más
tarde, le preguntaba a mi madre acerca de estos temas y ella me lo
explicaba todo cuidadosamente. Posteriormente, esto me dio mucho. De tal manera que un niño se forma bajo
la influencia de esas conversaciones y discusiones que tienen lugar
entre los padres. La cosa es que no sólo en eso se integra en las
profesiones de los padres, sino que además se integra en la tecnología
de la comunicación entre ellos.
Pregunta: ¿Cómo deben actuar los padres si durante los debates sobre los problemas familiares ven que el niño los escucha a escondidas?
Dr: Laitman
Que lo haga. Después, pueden llamarlo y explicarle de qué hablaron. Con
esto ustedes le enseñan sobre la cooperación mutua apropiada y luego
él construirá su familia de una manera idéntica. Por nosotros mismos
sabemos cuánto influyen los estereotipos que recibimos de nuestros
padres: el ver cómo se comunicaron entre ellos, cómo discutieron todo
tipo de situaciones de la vida, cómo argumentaron, cómo se pusieron de
acuerdo con los demás. Todo esto se acumula y se convierte en parte de
nosotros. Pueden esperar intencionalmente a que el
niño regrese a la escuela e iniciar deliberadamente una conversación
sobre algún tema, discutirlo de forma agradable sin pelear, tratando de
encontrar una solución en común. Supongan que ustedes están hablando en
la cocina y él se pasea para escuchar su conversación. Pueden incluso
pedirle su opinión, jalándolo casualmente hacia la discusión. Luego,
él empezará gradualmente a expresar su deseo de participar en las
discusiones familiares.
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