Los debemos sentir porque de lo contrario no sabremos cómo comportarnos
correctamente en esos mundos ni qué hacer con nosotros mismos ni cómo
relacionarnos con los demás ni por qué existimos ni qué fuerzas nos
gobiernan ni donde está nuestra libre elección, o bien, donde no tenemos
libre elección.
Necesitamos
entender en que somos dependientes de las fuerzas de la naturaleza y en
que podemos actuar con independencia y, cómo hacerlo. No es por
casualidad, que de pronto lo deseamos o, si conocemos la meta correcta
de progreso hacer algo bueno, bueno para nosotros y para los demás.
Necesitamos
reconocer y alcanzar el sistema en el que vivimos; de lo contrario,
actuaremos como gatitos ciegos. Los gatitos, al menos tienen una madre,
nosotros estamos en las manos ásperas de la fuerza oculta de la naturaleza. Hay una red de fuerzas que nos tiene presos y no sabemos qué cuerdas nos están jalando.
La
evolución, el desarrollo continuo de la naturaleza, es guiada de acuerdo
a una ley definitiva. Pero a partir de cierto punto, este desarrollo
requiere la participación correcta y sabia del hombre. Y si la persona
no está preparada para integrarse adecuadamente al desarrollo, entonces
este actúa en su contra, obligándola más y más a que explore el sistema.
Vemos, a
pesar de todo, que hemos llegado a un punto en el que todo cae a
pedazos y que el mundo que construimos es terrible. Estamos destruyendo
la naturaleza,
el futuro es desconocido, el mañana es incierto y comenzamos a
descubrirnos a nosotros mismos, a nuestro egoísmo, como la fuente de
todos los problemas.
Aquí el
problema no es la necesidad de creer en los mundos espirituales, sino en
cómo ser rescatados, cómo asegurarnos de no ser involucrados en ningún
problema. Ve lo que sucede en el mundo: en Rusia, en EU, en Europa, en
el Medio Oriente, en el Lejano Oriente, en América Latina y en África;
todos sufren. No hay nadie en el mundo que pueda decir que disfruta de
felicidad y serenidad.
Nos
hemos metido en un callejón sin salida. Por lo tanto, se pone de
manifiesto la necesidad de comprender cuál es la fuente de nuestros
problemas y junto con esto se revela la sabiduría de la Cabalá, que
dice: “te lo voy a decir todo y te daré la posibilidad de ir en el
camino correcto”.
Vivimos
un momento especial: por un lado, da mucho miedo, es malo, malvado e
impredecible, por otro, podemos revelar el sistema de dirección del
mundo y empezar a trabajar en eso.
Por lo
tanto, debemos disfrutar esta combinación de circunstancias: por un
lado, nos obliga a revelar el sistema de control denominado, mundo
superior, por otro, tenemos la oportunidad a ser salvado.
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