Es muy fácil determinar cuando el camino es espiritual: ¡todas las cosas con las que estamos de acuerdo se relacionan con la espiritualidad! Son específicamente las contradicciones que nuestras mentes y sentidos no aceptan que nos son indeseables y repulsivas, las que se relacionan con la espiritualidad.
Son esas en particular sobre las que debemos trabajar.
Si siento que cierto estado no me trae ningún beneficio ni a mis sentidos ni a mi mente, entonces elevándome por encima de ese estado en particular puedo empezar a construir la espiritualidad.
Es como si en este estado sería imposible “comprarme”, no buscaría un beneficio personal; por el contrario, necesitaría la ayuda del Creador para poder elevarme sobre eso.
En otras palabras, constantemente me reviso: cuanto se resiste mi cuerpo a mi trabajo y para mí esta sería la señal de mi correcto avance espiritual.
Aún más, necesito examinar la razón por la cual lo estoy haciendo. A lo mejor quiero superarme a mí mismo y lograr algunos objetivos personales.
O quizás quiero encontrar el amor al Creador que es repulsivo a mi “cuerpo”, mis sensaciones egoístas y mi mente.
Estoy buscando el amor que se construye sobre el odio hacia pensamientos egoístas y deseos acerca de uno mismo.
A menudo, sin embargo tratamos de trascender nuestros cuerpos y rechazamos el hecho de que somos incapaces de trabajar de acuerdo a nuestra mente y sentimientos contenidos en nuestro cuerpo. En lugar de buscar por el estado que está más allá de nuestras sensaciones y mente, deseamos estar dentro de ellos.
Lo primero y más importante es que necesitamos empujar el cuerpo hacia “abajo” junto con los sentimientos, la mente y estar por encima de ellos, no tomarles en cuenta.
Eso es, tomarles en cuenta, pero sólo para elevarme por encima de ellos.
Entonces esto se llama fe por encima de la razón.
Pero en lugar de hacer eso, me quejo: Por qué todo no es revelado dentro de mi razón de manera que pueda actuar como una persona sensible, saber que tengo el intelecto y la fuerza personal para avanzar correctamente.
Son esas en particular sobre las que debemos trabajar.
Si siento que cierto estado no me trae ningún beneficio ni a mis sentidos ni a mi mente, entonces elevándome por encima de ese estado en particular puedo empezar a construir la espiritualidad.
Es como si en este estado sería imposible “comprarme”, no buscaría un beneficio personal; por el contrario, necesitaría la ayuda del Creador para poder elevarme sobre eso.
En otras palabras, constantemente me reviso: cuanto se resiste mi cuerpo a mi trabajo y para mí esta sería la señal de mi correcto avance espiritual.
Aún más, necesito examinar la razón por la cual lo estoy haciendo. A lo mejor quiero superarme a mí mismo y lograr algunos objetivos personales.
O quizás quiero encontrar el amor al Creador que es repulsivo a mi “cuerpo”, mis sensaciones egoístas y mi mente.
Estoy buscando el amor que se construye sobre el odio hacia pensamientos egoístas y deseos acerca de uno mismo.
A menudo, sin embargo tratamos de trascender nuestros cuerpos y rechazamos el hecho de que somos incapaces de trabajar de acuerdo a nuestra mente y sentimientos contenidos en nuestro cuerpo. En lugar de buscar por el estado que está más allá de nuestras sensaciones y mente, deseamos estar dentro de ellos.
Lo primero y más importante es que necesitamos empujar el cuerpo hacia “abajo” junto con los sentimientos, la mente y estar por encima de ellos, no tomarles en cuenta.
Eso es, tomarles en cuenta, pero sólo para elevarme por encima de ellos.
Entonces esto se llama fe por encima de la razón.
Pero en lugar de hacer eso, me quejo: Por qué todo no es revelado dentro de mi razón de manera que pueda actuar como una persona sensible, saber que tengo el intelecto y la fuerza personal para avanzar correctamente.
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