El correo electrónico en Israel, está inundado de originales presentaciones de deseos de SHANA TOVA y en los supermercados se rompen la cabeza, buscando combinaciones que aún no han sido probadas, de manzana y miel. Entonces, ¿qué representa la manzana bañada en miel? Y ¿por qué se tiene que ser la cabeza y no el rabo?
De Dudi Aarón
La miel representa el dulcificarse y el dulcificarse es el tikún (corrección), cuando hablamos en cabalá acerca del tikún , nos referimos a la corrección del ego. De acuerdo a la cabalá, el ego es la fuente de todas las dificultades, de los problemas y del sufrimiento que padecemos. ¿Por qué?, porque el ego nos hace pensar sólo en nosotros, y no en el prójimo, el nos hace compararnos con los demás, envidiarlos cuando vemos que ellos son mas exitosos que nosotros y alegrarnos cuando ellos son menos exitosos que nosotros. El ego hace que hagamos lo imposible para satisfacernos, además de utilizar a los que nos rodean con tal fin. ¿Asusta? , de acuerdo a la cabalá, esa es la naturaleza del hombre.
Pero no debemos de confundirnos, al contrario de otras tendencias espirituales, la cabalá no nos pide destruir o borrar nuestro ego, sino canalizarlo de tal manera que se convierta en palanca para el adelanto y la evolución de nuestras vidas. Ella nos enseña como corregirlo, es decir como usarlo de forma correcta.
Ahora podremos entender los símbolos especiales, que decoran la mesa festiva.
La manzana, representa al ego y el bañarla en miel, significa el proceso de la corrección, de odio y separación, a unión y amor.
¿Recuerdan la cabeza de pescado, que decora la mesa? No el guefilte-fish (picado de pez) con la rodaja de zanahoria, sino la cabeza de pescado a la cual bendecimos, que el próximo año seamos cabeza y no rabo, y ¿por qué, no rabo, que hay de malo en el rabo?
La razón es, que el rabo representa la situación, en que el hombre se deja llevar por los demás, va detrás de los valores que la sociedad y los medios nos imponen, el hombre en esta situación, por costumbre, deja pasar su vida y se convierte en un ser sin poder de elección, su vida está impuesta por sus genes y por la influencia de la sociedad que lo envuelve. Estos dos elementos deciden por completo acerca de los acontecimientos de su vida, así se conduce el hombre, hasta que en una de sus reencarnaciones, llega el momento en el que decide ser “cabeza”, es el momento en que el hombre pone frente a si mismo la aspiración de valores superiores, en la misma ocasión, el decide que es dueño de su destino- ser cabeza y no rabo.
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