La aspiración nos separa del Creador, nos hace similares a Él y nos convierte en seres humanos. Después de todo, el Creador creó el deseo como existencia a partir de ausencia y nada más. Se espera que la criatura se desarrolle y añada su propio deseo a la Luz, otorgamiento, unidad y amor, que son propiedades inherentes al Creador. El deseo que la criatura añade a lo que le fue dado por naturaleza (el deseo de disfrutar, de conocer) es llamado aspiración (Hishtokekut). Es precisamente a lo que me refiero como “yo”: yo alcanzo mi deseo. Mi independencia sobre mi deseo que fue creado por el Creador es medida de acuerdo a esta aspiración: ¿A qué aspiro, cómo desarrollar esta aspiración, dónde obtengo un deseo adicional? Con el fin de ayudar a la criatura, el Creador rompió el deseo unificado que Él ha creado en muchas piezas y Él incluyó su chispa, Su cualidad, a la que nos referimos como punto en el corazón, en cada pieza. Por eso todos tienen el deseo de recibir placer y una chispa de aspiración hacia algo más alto. Y ya que ambas vienen del Creador, no podemos decir que “yo” existo. ¿Así que dónde consigo el deseo adicional, de acuerdo al cual existimos del todo? Puedo obtenerlo al unirme con otras personas, ¡Cuando acepto sus deseos y los conecto a mí mismo!

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