Pero en un determinado momento, uno empieza a sentir que el mundo espiritual no puede ser revelado de esta manera y que para hacerlo, él necesita cambiarse a sí mismo. Es entonces cuando recuerda un famoso dicho: “He creado la mala inclinación y la Torá para su corrección, porque la Luz contenida en ella lo retorna a uno a la Fuente”.
Cada persona imagina el mundo espiritual según su propia manera. La sabiduría de la Cabalá se define como la propiedad de amor y otorgamiento, en la que la persona sale de sus propiedades egoístas y comienza a revelar la realidad más elevada en las propiedades de otorgamiento que son opuestas a las suyas.
Los cabalistas explican que es necesario que nosotros desarrollemos el atributo de otorgamiento, es decir, que llevemos a cabo la corrección del corazón (deseo). Esto significa que si en este momento, nuestro deseo trabaja para recibir, tenemos que cambiarlo a fin de percibir los deseos de los demás como nuestros. Todo el método consiste en la corrección de nuestro ego, cuyos deseos lo consumen todo, por medio del desarrollo de un sentido por encima de este, lo cual significa salir de nuestro deseo.
En el momento en que vine a estudiar Cabalá, que ya tenía más de veinte años de educación. Yo era un científico y un empresario, mientras que todos los cabalistas con los que me pasé estudiando eran gente sencilla. Recuerdo haber tenido una conversación con Rabásh en la cual me dijo que él comenzó su trabajo siendo asistente de herrero, luego, un zapatero, y al final de su carrera trabajó en la oficina de un recaudador de impuestos. Sin embargo, yo estaba convencido de que iba a ser capaz de alcanzar más con mi mente. Me tomó tiempo entender que la Cabalá es una ciencia de los sentimientos y que necesitamos corregir nuestro corazón.
La sabiduría de la Cabalá explica que la mente despierta en nosotros sólo en la medida en la que el corazón la emplea. El corazón quiere saber lo que está sintiendo y por qué, de donde vienen los sentimientos y cómo se pueden cambiar. Y entonces el corazón emplea la mente.
Es un hecho conocido que nuestra mente funciona mejor cuando enfrentamos problemas y miseria. La necesidad que surge desarrolla la mente. Así, la función del sistema llamada “mente” es para ayudarnos a llenar nuestro deseo.
La sabiduría de la Cabalá es una ciencia del desarrollo del sentimiento del amor. En otras palabras, necesito alcanzar una capacidad para conectarme con los deseos de los demás o los necesito y acepto como propios. Mi preocupación por las necesidades del otro, como mía se llama mi amor por él. Esto no guarda relación con recibir el llenado o el placer de alguien más, sino por el contrario, mi placer vendrá del llenado de los demás.
Las personas que comienzan a estudiar la Cabalá adquieren nuevos sentimientos en el corazón que les permiten comenzar gradualmente a comprender que en realidad hay infinito llenado y placer al ser capaz de salir de uno mismo y llenar a los demás. Esto le da a la persona una oportunidad incesante e ilimitada que revela repentinamente una nueva percepción de la realidad, un nuevo horizonte para él.
Esto se debe a que la persona que sale de sí mismo y comienza a sentir las necesidades de los demás en lugar de la suya propia, deja de percibirse a sí mismo, y gradualmente llega a un estado en el que ya no tiene que cuidar de sí mismo. Cuando encontramos el atributo de otorgamiento, recibimos el llenado allí y adquirimos el Mundo Superior a través de él, llegando a ser como el Creador.
(35117 – De mi lectura en el hall de “Cabalá L’Am” del 12/21/10)
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