El nunca reitera o se repite a sí mismo. Las mismas palabras sirven para diferentes estados, diferentes niveles de Aviut (transformación del deseo) El repite las oraciones a otro nivel más profundo. Luego de completar el primer “ciclo” de haber discernido lo que fue dicho para ti, te mueves hacia un grado más profundo y entonces comienza el análisis aparentemente de la misma oración, pero ahora más cerca de la verdad, de la raíz.
Atravesamos las cuatro etapas de desarrollo, alcanzamos el nivel hablante (humano), así sucesivamente, pasamos por las cuatro etapas nuevamente, hasta que alcanzamos el grado de “humano dentro del humano”. Todo eso viene desde Arriba, desde la Luz Directa (Ohr Iashár). Solo el último grado, el cuarto dentro del cuarto, puede responder con la Luz Reflejada (Ohr Jozer). Ella misma no se da cuenta a qué está respondiendo porque al regresar, su desarrollo continúa y permanece indefinido una vez más, hasta que alcanza la raíz. Solo al final entendemos el comienzo y todo el sendero. Existimos en un sistema integral y hasta que la persona aclare todos los detalles, todas las interconexiones entre las almas, todas las formas que las afectan, está constantemente forzada a equilibrarse a sí misma. Por esta razón, estamos sujetos constantemente a cambios. El entendimiento viene solo al final de la corrección cuando para ti todo el sistema entra en balance. Se dice acerca de esto que, “Todo el mundo Me conocerá, desde el más pequeño hasta el más grande”
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