De esa manera tengo que pensar en todos, incluso en los más grandes villanos.
Ellos están fuera de mí en el mundo, porque todos estos deseos y cualidades dentro de mí todavía no están corregidos. Por lo tanto, externamente tengo que tratarlos con tolerancia, entendiendo que éste es el camino de la corrección. Llegará el tiempo en el que ellos también se unirán a este camino. El alma común, la única criatura creada se compone de muchas partes. Algunas son más importantes y algunas son menores, al igual que en nuestro cuerpo físico, el cual está construido exactamente de acuerdo con la estructura del alma.
El alma también tiene una parte llamada, “cuerpo”, que es el deseo común que está dividido en muchos sistemas y subsistemas: el cerebro, el corazón, el hígado, los riñones y otros sistemas importantes que están interconectados y sin los cuales el cuerpo no podría existir. Algunos de estos sistemas pueden ser recreados artificialmente, pero tienen que estar presentes en el cuerpo.
Por otra parte, hay sistemas que no necesariamente tienen que estar presentes en el cuerpo, por ejemplo, las extremidades, músculos y huesos.
El alma común tiene partes que son particularmente importantes, el cerebro y el corazón, así como aquellos que son menos importantes, pero siguen siendo necesarios para la existencia.
El cerebro y el corazón fueron corregidos en su mayoría desde Adám hasta nuestros días por el linaje de cabalistas que conocemos y de quienes estudiamos. Ahora la fase de la corrección común se ha establecido en el momento en el que además del cerebro y del corazón estamos empezando a corregir los pulmones, los riñones, el hígado, el bazo y así sucesivamente.
Estas son partes importantes, pero menos importantes que el cerebro y el corazón. Las personas que estudian la Cabalá pertenecen a estas partes.
Todo el resto de la humanidad pertenece, por ejemplo, a los músculos, los huesos y extremidades, que son sistemas que no son necesarios para la existencia del organismo, pero son necesarias para su plenitud. Así es como debemos tratarlos y, en esencia ellos representan el 90% de toda el alma. No pueden actuar de forma independiente.
No pueden sentir un anhelo por la espiritualidad, sino que funcionan sólo de acuerdo con las órdenes que les llegan desde el cerebro y el corazón a través de nosotros, los diversos órganos importantes. Esto no disminuye su importancia, porque si estamos hablando de un alma común, entonces la ausencia de una célula diminuta, interrumpe la perfección.
Por lo tanto, todos son importantes y al final de la corrección cada persona es tan valiosa como todos. Esa es la ley de perfección de un sistema cerrado.
Estudiamos este principio en el ejemplo de un sistema analógico: Tiene una entrada y una salida y si algo se rompe dentro de él entonces no produce el resultado necesario.
Sin embargo, hay una diferencia durante el tiempo de corrección. Las partes que son más importantes son corregidas antes y las partes menos importantes se corrigen después de acuerdo con una jerarquía.
Por lo tanto, no esperen que el mundo oiga y entienda lo que estamos haciendo, porque miles de millones de personas pertenecen a la parte pasiva. Ellos se unirán al proceso, porque verán que es imposible hacer otra cosa.
De esta manera será corregido el mundo. La gente puede ser extraordinariamente inteligente o desarrollada, pueden ser grandes científicos, artistas y activistas culturales, sin embargo, estar completamente sordos a la espiritualidad. Así es como debemos tratar a todo el mundo. Sólo aquellos que vienen al estudio de la Cabalá a través de diversos caminos pertenecen al interior del sistema.
Por lo tanto, tenemos que valorar a cada persona aquí, porque fue elegida por el Creador para ser parte de un órgano importante del sistema común y por lo tanto un gran capital. Mientras tanto, otros podrían no ser tan importantes.
Incluso los hijos de muchos cabalistas no tomaron el mismo camino, porque cada persona tiene su propio papel en el sistema y no se transmite hereditariamente. Así que armarte de paciencia.
El trabajo principal se lleva a cabo entre aquellos que pertenecen a nuestro grupo mundial, pero externamente también pueden actuar para hacer avanzar el mundo.
Al difundir materiales sobre el futuro, sobre lo que podría suceder y sobre la solución ofrecida por la ciencia de la Cabalá, preparamos a la gente en la medida en que sea posible.
Sin embargo, el verdadero trabajo con ellos se encuentra en el hecho de que, como resultado de nuestra unidad, ellos sentirán un cierto despertar.
¿Para qué se van a despertar ellos? Para unirse con nosotros externamente.
Ellos quieren participar y servir al proceso de corrección tanto como sea posible. Ya hay gente como esta y su misión es mucho más digna de respeto.
Ellos están fuera de mí en el mundo, porque todos estos deseos y cualidades dentro de mí todavía no están corregidos. Por lo tanto, externamente tengo que tratarlos con tolerancia, entendiendo que éste es el camino de la corrección. Llegará el tiempo en el que ellos también se unirán a este camino. El alma común, la única criatura creada se compone de muchas partes. Algunas son más importantes y algunas son menores, al igual que en nuestro cuerpo físico, el cual está construido exactamente de acuerdo con la estructura del alma.
El alma también tiene una parte llamada, “cuerpo”, que es el deseo común que está dividido en muchos sistemas y subsistemas: el cerebro, el corazón, el hígado, los riñones y otros sistemas importantes que están interconectados y sin los cuales el cuerpo no podría existir. Algunos de estos sistemas pueden ser recreados artificialmente, pero tienen que estar presentes en el cuerpo.
Por otra parte, hay sistemas que no necesariamente tienen que estar presentes en el cuerpo, por ejemplo, las extremidades, músculos y huesos.
El alma común tiene partes que son particularmente importantes, el cerebro y el corazón, así como aquellos que son menos importantes, pero siguen siendo necesarios para la existencia.
El cerebro y el corazón fueron corregidos en su mayoría desde Adám hasta nuestros días por el linaje de cabalistas que conocemos y de quienes estudiamos. Ahora la fase de la corrección común se ha establecido en el momento en el que además del cerebro y del corazón estamos empezando a corregir los pulmones, los riñones, el hígado, el bazo y así sucesivamente.
Estas son partes importantes, pero menos importantes que el cerebro y el corazón. Las personas que estudian la Cabalá pertenecen a estas partes.
Todo el resto de la humanidad pertenece, por ejemplo, a los músculos, los huesos y extremidades, que son sistemas que no son necesarios para la existencia del organismo, pero son necesarias para su plenitud. Así es como debemos tratarlos y, en esencia ellos representan el 90% de toda el alma. No pueden actuar de forma independiente.
No pueden sentir un anhelo por la espiritualidad, sino que funcionan sólo de acuerdo con las órdenes que les llegan desde el cerebro y el corazón a través de nosotros, los diversos órganos importantes. Esto no disminuye su importancia, porque si estamos hablando de un alma común, entonces la ausencia de una célula diminuta, interrumpe la perfección.
Por lo tanto, todos son importantes y al final de la corrección cada persona es tan valiosa como todos. Esa es la ley de perfección de un sistema cerrado.
Estudiamos este principio en el ejemplo de un sistema analógico: Tiene una entrada y una salida y si algo se rompe dentro de él entonces no produce el resultado necesario.
Sin embargo, hay una diferencia durante el tiempo de corrección. Las partes que son más importantes son corregidas antes y las partes menos importantes se corrigen después de acuerdo con una jerarquía.
Por lo tanto, no esperen que el mundo oiga y entienda lo que estamos haciendo, porque miles de millones de personas pertenecen a la parte pasiva. Ellos se unirán al proceso, porque verán que es imposible hacer otra cosa.
De esta manera será corregido el mundo. La gente puede ser extraordinariamente inteligente o desarrollada, pueden ser grandes científicos, artistas y activistas culturales, sin embargo, estar completamente sordos a la espiritualidad. Así es como debemos tratar a todo el mundo. Sólo aquellos que vienen al estudio de la Cabalá a través de diversos caminos pertenecen al interior del sistema.
Por lo tanto, tenemos que valorar a cada persona aquí, porque fue elegida por el Creador para ser parte de un órgano importante del sistema común y por lo tanto un gran capital. Mientras tanto, otros podrían no ser tan importantes.
Incluso los hijos de muchos cabalistas no tomaron el mismo camino, porque cada persona tiene su propio papel en el sistema y no se transmite hereditariamente. Así que armarte de paciencia.
El trabajo principal se lleva a cabo entre aquellos que pertenecen a nuestro grupo mundial, pero externamente también pueden actuar para hacer avanzar el mundo.
Al difundir materiales sobre el futuro, sobre lo que podría suceder y sobre la solución ofrecida por la ciencia de la Cabalá, preparamos a la gente en la medida en que sea posible.
Sin embargo, el verdadero trabajo con ellos se encuentra en el hecho de que, como resultado de nuestra unidad, ellos sentirán un cierto despertar.
¿Para qué se van a despertar ellos? Para unirse con nosotros externamente.
Ellos quieren participar y servir al proceso de corrección tanto como sea posible. Ya hay gente como esta y su misión es mucho más digna de respeto.
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