
• El comienzo del humano, Adam, es cuando tiene dos deseos: deseos por los placeres que ve y descubre, y un deseo adicional por un placer diferente, oculto – el punto en el corazón. A partir de ese momento en adelante se dice que existe el principio del Adam, porque por medio de estos dos deseos puede llevarse a sí mismo al estado semejante al del Creador, llamado “Adam”.
• El medio para realizar y aclarar correctamente estas dos intenciones es sólo la fuerza Superior, por lo tanto la persona debe recibir instrucción del lugar al cual es conducido desde Arriba. A la persona se le da todo fuera del esfuerzo – esto es lo que debe agregar, y esto construye a la persona. Y cuando realiza el esfuerzo correcto, entonces este anhelo por los estados avanzados le trae la Luz circundante – esto significa que estudia la Torá, y que anhela saber qué está escrito en ella. Y si recibe las condiciones para ser grande y utilizar esto correctamente, significa que realiza un esfuerzo, y entonces su realidad cambia, porque el deseo cambia de acuerdo a la equivalencia de forma. Y de este modo se llega de la “entrega de la Torá” a la “recepción de la Torá” y al “otorgante de la Torá”.
• No tenemos que odiar el atributo de recepción, porque esta es nuestra única oportunidad para otorgar, sino que tenemos que orientar correctamente esta recepción – que si no es para complacer al dueño de casa no recibo. Y entonces también lo indispensable se convierte en recibir para otorgar, porque la persona necesita de esto para subsistir y Le otorga todo lo que recibe. Y cuanto más recibe, más otorga.
• La calidad del esfuerzo se produce por medio de la intención - ¿qué quiero de mi esfuerzo? Y en la medida que la persona se resiste al esfuerzo necesita más convicción, más justificación. Y el más haragán es el que más se esfuerza, si realmente busca cómo moverse de todos modos.
• Cuanto más avanza la persona más haragana se vuelve y le parece que es más difícil. Este es el endurecimiento del corazón premeditado, para que las exigencias de la persona sean más reales.
• En la espiritualidad nada cambia, es la misma realidad – cambia tu percepción de dónde te hallas. Nada cambia fuera de cómo estimas todo tipo de cosas, cambia tu valoración, y entonces descubres que en lugar de este mundo existe el mundo Ein Sof (infinito), lo que para ti fue un gran esfuerzo ahora es placer y lo que era como miedo ahora es seguridad y Luz. ¿Qué cambió? Tú cambiaste.
• Toda la realidad nos empuja hacia el mundo nuevo que se revelará; si se revela como algo deseado se verán placeres en él, y si no lo deseamos se revelará como sufrimientos, guerras y desastres.
• “Yo” es lo que me esforcé en hacer con todo lo que me fue dado, la figura del Creador que intenté armar partiendo de todos los datos que me fueron dados. Este es el fruto de mi trabajo, este es el “yo”.
• Sin dudas y confusiones no es posible avanzar, por lo tanto las dudas existen a lo largo de todo el camino. Si te hallas dentro de la confusión y la duda, alégrate, porque es la señal de que llega un nuevo estado.
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