El nivel inanimado es el periodo en el que la persona tiene un egoísmo muy pequeño y aún no está despertándose para que se conecte con otros. Ella existe pasivamente en la naturaleza, sin cambiar virtualmente nada a su alrededor, sólo trabaja un poco la tierra con sus manos y herramientas primitivas (en realidad, incluso esto aún no existe) y obtiene comida para sí mismo. Este es el nivel inanimado de desarrollo, es decir que ella no se perfecciona a sí misma y permanece en el mismo nivel todo el tiempo; aún no crece como en el siguiente nivel.
El nivel vegetativo está caracterizado por el hecho de que la persona ya está “creciendo”, pero como decimos, “ella aún es una planta”. Es decir, aún carece de movimiento, no es capaz de un gran logro o de varias transformaciones. Ella organiza el espacio a su alrededor, pero como una planta que extiende sus raíces y toma un poco de todo. Ella conquista algo, pero de forma muy limitada ya que su egoísmo, sus capacidades, no la dejan “engullir” lo que ha conquistado. Es por eso que no tiene sentido arriesgarse, invertir esfuerzos y sufrir. El nivel animado es antes que nada el desarrollo de la tecnología, es decir aquello que está fuera del hombre. Comenzamos a desarrollar instrumentos que nos ayudan a conquistar el mundo hasta el espacio. Esta etapa comenzó en la edad media con la invención de la imprenta y otras novedades. En realidad, la edad media no es un nivel de desarrollo simple. Fue un periodo muy agitado concebido de cierta forma interna. Sin embargo, al estudiar el proceso de evolución entendemos que en esa época, estaban teniendo lugar procesos de concepción muy interesantes, muy poderosos, aunque ocultos. Debe enfatizarse que esto no era observado en las etapas previas porque hay muy poca diferencia entre la tierra y una planta, su conexión es mucho más fuerte. Cada una contiene a la otra, se transforman entre sí, etc. Mientras que existe una enorme diferencia entre los estados vegetativo y animado: en libre albedrío, movimiento, espacio personal, conquista de espacio, etc. El desarrollo humano interno se realizó de acuerdo a esto. Las personas literalmente se han precipitado a conquistar la naturaleza y las áreas, a descubrir nuevos territorios. Todo cambió: trabajar la tierra, la agricultura, las ocupaciones, las ciudades, la división de personas en grupos y clanes, en adelante. Después vinieron las movilizaciones por los parlamentos, por la libertad, etc. La humanidad se ha vuelto más activa en todos los niveles en relación a los estados pasados, esta actividad ha crecido más y más. Durante el último siglo, ha alcanzado la unidad. Hemos llegado a la integración, a la interacción egoísta. Esto se ha convertido en la presuposición para la concepción de un nuevo nivel, que comenzó a manifestarse en la mitad del siglo 20. El club de Roma, la academia Vernadsky en Rusia y varias organizaciones internacionales comenzaron a notar que un nivel holístico de la naturaleza está siendo revelado y que influye en la sociedad en consecuencia. Si no lo seguimos, entonces sufriremos por la falta de equilibrio con la naturaleza. Muchas personas en ese tiempo comenzaron a escribir y a hablar de ello. Cada uno en su nivel: en el nivel de la biología, sociología, ciencias políticas, mineralogía, desarrollo social, o incluso en el desarrollo económico y financiero (la economía y las finanzas son dos funciones diferentes del hombre). Todo esto se ha ido acumulando gradualmente y ha llevado al surgimiento de los requisitos previos para pasar al siguiente nivel. Sin embargo, el surgimiento de esos requisitos previos, como cualquier movimiento en el desarrollo, comienza con pequeñas revueltas que están creciendo constantemente hasta que llegan a estados en los que es imposible detenerse, permanecer en el estado previo y entonces, nace un nuevo estado mediante un salto.
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