En el Taller de ayer tuvimos una oportunidad general y colectiva en los grupos de todo el mundo para elevarnos por encima de nuestra sensación de pesadez. Estábamos inmovilizados por esta pesadez y nos fue difícil conectarnos y elevarnos en nuestra mente y corazón. Nos parecía que no podríamos hacerlo. Nos faltaba la intensidad necesaria de sentimientos y la claridad de pensamiento y ese es un estado maravilloso para nuestro trabajo, al cual tenemos que entrar por un momento con el fin de sentirlo. Sin embargo, debemos saber de antemano que ahora estamos experimentando esta sensación de pesadez y la discernimos con el fin de elevarnos inmediatamente por encima de ella. Así que, estoy experimentando estas sensaciones que pasa a través de mi mente y corazón: embotamiento en la sensación, confusión de pensamiento y de conciencia, ahora me elevo por encima de todo esto. No me importa lo que siento ahora, por encima de esto quiero construir un estado completamente nuevo que no esté basado en mi mente animada, terrenal ni en las sensaciones, sino que esté se relaciono con el estado más alto, con la espiritualidad, con el otorgamiento. Esto significa que yo recibiré instrumentos de percepción y deseo completamente nuevos, que están por encima de mí y no depende de mí en absoluto. Yo uso los deseos del otro, no los míos, sino los pensamientos que me son extraños, es decir, aquellos que les pertenecen a los demás, para otorgarles a través de ellos al Creador y a ellos. Entonces no tengo ningún problema puesto que yo no estoy encerrado en el interior de mí mismo, sino que me elevo por encima de mi percepción egoísta. Esta sensación de pesadez vino precisamente para mostrarnos si podemos o no elevarnos y llenar el mundo con Luz, si podemos darle algo a la humanidad. La sensación adecuó con precisión el tema del Taller. Fue un paquete completo, todo estaba perfectamente organizado desde Arriba.
Nuestros grupos deberían haberse conectado entre sí tanto como les fuera posible, por encima de toda esta sensación de pesadez y pensar acerca de nuestra influencia en el mundo de acuerdo con el tema del Taller. Las mujeres encontraron una maravillosa respuesta a la pregunta de cómo debemos darle al mundo y cómo el mundo debe conectarse con nosotros, a través del ejemplo de una madre que amamanta a su bebé. Este es un ejemplo muy preciso, porque refleja la transición de las Sefirot circulares (Igulim) a los deseos rectos (Yosher). Es decir, nos elevamos por encima de nuestros deseos y pensamientos y encontramos una nueva vasija, gracias a nuestra unidad. Cuando cada persona sale de sí misma y se incluye en los demás, ella sale de sus pensamientos y sensaciones, adquiere nuevos deseos y razón en los cuales no está limitado por nada en absoluto. Esta es la forma en la que avanzamos. Pero algunas personas se sumergen en su sensación de amargura y de oscuridad y sufren por esto en vez de voltearlas y transformarlas en la Luz por medio de su trabajo, ascendiendo por encima de la oscuridad. La persona debe preguntarse: ¿por qué preferimos sufrir? ¿Nos gusta sufrir tanto en realidad? Esto es una estupidez y es el resultado de nuestro orgullo, de nuestra incapacidad para elevarnos por encima de nosotros mismos. ¿O tal vez no entiendes que tu vasija espiritual no está dentro de ti, sino por encima de ti? Y que todas estas sensaciones difíciles en el corazón y mente están diseñadas para ayudarte a ascender. La fuerza general del grupo tiene que despertarte y ayudarte a hacer esto, entonces ¿por qué no estás usándola? Y el maestro te dice que tienes que ascender. ¿No entiendes eso, o no lo oyes?. Pero, en cualquier caso, este es un buen estudio. Esta pesadez es simplemente un regalo de lo alto, que corresponde precisamente con el tema elegido para el taller. Así es como se nos muestra cuán fácilmente podemos elevarnos por encima de ella, pero no fuimos capaces de hacerlo. Y todo ello se debe al insuficiente valor del entorno, a la falta de importancia y a la necesidad de elevarnos por encima de esta sensación. Esto sólo demuestra que el atributo de otorgamiento al que yo asciendo, es menos importante para mí que la sensación que tengo en mi propio estómago. Yo quiero sentirme bien en primer lugar y sólo entonces estoy listo para ascender más alto. Mira cuán egoísta es esta condición.
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