Baal HaSulam,
“La entrega de la Torá”, ítem 8: Esto se debe a que hay una ley
natural que el receptor siente vergüenza e impaciencia al recibir
presentes del dador por compasión y lástima. Y esta es la razón por la cual Él ha preparado para nosotros el esfuerzo y la labor de la Torá y las Mitzvot,
para producir nuestra exaltación por nuestra cuenta, porque entonces el
deleite y placer que nos vienen de Él, es decir todo lo que está
incluido en el Dvekut con Él, todo esto será nuestra posesión
que tiene que venir a nosotros a través de nuestros propios esfuerzos.
Entonces nos sentiremos como los propietarios, sin lo cual no puede
haber una sensación de plenitud. La vergüenza es una medida que define
las relaciones entre nosotros. Si uno no siente vergüenza, entonces no
tiene nada qué corregir ya que no ve gran diferencia entre él y el Creador.
Por lo tanto, es mejor divulgar la vergüenza y estar avergonzado por
medio de una comparación de nuestras propiedades de recepción con Su
otorgamiento. La pregunta es, si uno deja de recibir,
¿eso significa que neutraliza la vergüenza? Por ejemplo, yo visito a un
amigo y veo una mesa generosamente dispuesta para mí, pero rechazo los
platillos, “No, no, gracias. Estoy lleno. Estoy a dieta”. ¿Es posible
que actuemos de la misma manera en la espiritualidad con el fin de
disminuir la sensación de vergüenza? Al actuar así, desdeñamos al
Creador como si no nos importaran Sus cuidados. Después de todo ¿qué podemos recibir en realidad? ¿La Luz de NRNHY? Para ser honesto, esta no nos llena con placer. NRNHY es la Luz que surge de nuestra comprensión de la magnitud del Dador. Todo lo que recibimos de ella es una
diminuta chispa la cual originó un deseo de recibir placer. Un deseo de
recibir está compuesto por un punto negro, la punta de la letra Yud y en la Luz está una chispa que creó el punto negro. El resto es provocado por nuestra
consciencia de la grandeza del Creador, cuando la apreciamos, esto la
eleva ante nuestros ojos. Es por eso que debemos recordarnos que debemos
aspirar constantemente a Su grandeza. Si alguien es verdaderamente importante
para nosotros, estamos dispuestos a “llevarle sus maletas”. Mientras más
grande sea esta persona ante nuestros ojos, más pesada es la maleta que
estamos dispuestos a cargar. Al principio, la maleta nos parece
demasiado pesada, “¿Por qué la cargo en primer lugar? ¿Por qué estoy
haciendo esto?” Sin embargo, si nos damos cuenta de cuán
indispensable es el propietario de la maleta, la levantamos con
facilidad ¡Qué honor y buena fortuna es servirle a esta importante
persona! Incluso estamos dispuestos a pagar por el derecho a llevarle su
equipaje. Como resultado, dedicamos todas nuestras
vidas al Creador ¿Qué obtenemos a cambio? Nada. Después de todo, una
chispa y un punto negro constituyen la base de todo lo que existe.
Pregunta: ¿Existe alguna analogía con la vergüenza genuina en el trabajo que hacemos?
Dr: Laitman
Si, ésta puede aplicarse a varios tipos de vergüenza que experimentamos
en frente de nuestros amigos. Nosotros tememos a que se den cuenta de
que somos ignorantes o que aún estamos siendo egoístas. Es una vergüenza primitiva, centrada en
ti mismo. También es una vergüenza espiritual causada por nuestra falta
de habilidad para contribuir con nuestra parte al reconocer que no
estamos apoyando y elevando a nuestros amigos de la manera en que
deberíamos. Ellos dependen de nosotros, así que nos sentimos
avergonzados de ser incapaces de lidiar con la tarea.
Pregunta: ¿Debe instigar el grupo este tipo de vergüenza en sus miembros?
Dr: Laitman El grupo
debe evocar y promover nuestro crecimiento al enseñarnos cómo respetar
la vergüenza, ya que esta demuestra una deficiencia en el deseo de
recibir. Si los placeres y la aflicción están condicionados, ya sea por
el llenado o el vacío dentro de nuestro deseo, entonces los malos o
buenos estados se reflejan en la sensación de vergüenza o, por el
contrario, la toma de consciencia de la grandeza del Creador.
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