Esta festividad simboliza el hecho de que con el tiempo la unidad gana.
Esta es la razón por la cual los macabeos ganaron y tenemos que actuar
de la misma manera. El significado de la festividad es muy simple: Si el pueblo de Israel
se une y atrae la Luz, ellos ganan. No por la fuerza. Las fuerzas del
mal no pueden vencerse sino sólo por medio de la unidad, aunque muchos
estén cerca de este enfoque. En esencia, este es nuestro mensaje de garantía mutua, pero este deja por fuera un factor clave. Después de todo, nuestros enemigos también están unidos y aún más que nosotros. De hecho, Israel puede ganar sólo si su
unidad atrae la Luz. Entonces, a través de Israel ésta se transmite a
los enemigos y los cambia de enemigos a seguidores. Esta es la verdadera
victoria. Así, la guerra se lleva a cabo en una
dimensión totalmente diferente. Nosotros no operamos factores externos,
sino más bien las fuerzas internas de la naturaleza
y con ello ganamos la batalla. Aquí no debemos olvidar que estamos
tratando con una fuerza que sostiene a toda la materia y de repente
empieza a funcionar de una manera opuesta. La fuerza de recepción, de dominio y
crueldad gobierna nuestro mundo. En nuestro mundo, los fuertes dominan a
los demás y los utilizan para su beneficio en su comprensión y
sensaciones, según sus propios conceptos. Pero hay un grupo pequeño, débil,
pequeño y débil según los estándares habituales. Nadie tiene en cuenta a
este grupo, aunque pueda ser como una lupa y pasar la Luz, la gran
fuerza de otorgamiento, a través de ella. Esta fuerza iluminará no al
grupo mismo, sino a sus enemigos, y entonces ellos se calmarán, y serán
corregidos, por ejemplo, de repente ellos sentirán que tienen que lidiar
con otra cosa en un lugar totalmente diferente. Las naciones del mundo piensan que
Israel hace que el mundo gire, e Israel puede realmente hacer eso, por
el bien del mundo, por supuesto. Si no lo hace, entonces esto es malo
para el mundo. Así, resulta que el pueblo de Israel siempre le trae al
mundo, ya sea el bien o el mal. Con esto, ellos tienen libre albedrío:
Como un “guardagujas”, que dirige la Luz de Ein Sof (Infinito) de una manera u otra, determinando con ello su influencia en el mundo y la forma que éste tomará. La pregunta es si ¿podemos investir esta
luz con la correcta intención con el fin de otorgar, o si no tenemos la
correcta intención? Depende de nosotros, de la organización Bnei Baruj
(BB). La Luz gotea y nosotros estamos con ella, pero ¿estamos
aferrándonos a la intención correcta?. Si lo estamos, la Luz que Reforma nos
alcanza a todos, y el mundo se corrige. Entonces, por supuesto, nuestros
enemigos también desaparecen, o en otras palabras, desaparecen los
deseos y fuerzas hostiles. Esto sucede si estamos unidos, desde ese
momento le damos a la Luz el atuendo correcto de la unidad. Si nosotros estamos separados no le
damos a la Luz que pasa a través de nosotros la “envoltura” correcta y
se convierte en oscuridad para el mundo, en su forma opuesta. Esto es
malo tanto para el mundo como para nosotros, puesto que la humanidad se
vuelve hacia nosotros, sintiendo que somos la fuente de todos sus
problemas.
Esta respuesta continuará hasta que
nosotros finalmente entendamos que no hay otro camino y que tenemos que
corregirnos para hacernos a nosotros mismos y al mundo entero parte del
Creador y para darle contento a Él.
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