Existen dos estados internos básicos: el exilio y la redención. De hecho, ambos pertenecen a la espiritualidad, puesto que tú no puedes
sentir que estás en el exilio si no sientes un eco, un reflejo de la
redención, es decir, si no sientes la redención de alguna manera. Los niños que nacieron en prisión o en
campos de trabajo en Siberia, a veces vivieron allí durante años, sin
poder salir, éste era todo su mundo, todo el planeta. Sí, se habló
acerca de otra vida, pero vivieron y fueron educados bajo las
condiciones de los campos, sin poder ver nada más.Nosotros lo aprendemos todo a partir de
su opuesto, no sólo de unas pocas diferencias, sino que para ver la
imagen completa, tiene que ser diametralmente opuesto. Si quiero
alcanzar el amor, por ejemplo, tengo que llegar al odio y entre más
odio, puedo sentir más amor, hasta llegar al estado de “el amor cubrirá
todos los pecados”, entonces éste se convierte amor absoluto.
Lo mismo sucede con la redención y el exilio:
- ¿Es posible alcanzar la redención sin dejar el exilio?
- ¿Es posible reconocer el exilio sin ser atraídos por la redención?
Todos estos estados ocurren uno tras
otro de formas y maneras diferentes y esto le permite a la persona
encontrar exactamente todos los discernimientos en el exilio en
comparación con todos los discernimientos en la redención. Sólo cuando
estas dos imágenes se colocan una enfrente a la otra, se revela una gran
vasija vacía, un deseo ardiente, también un gran llenado, que no
apaga el fuego que hay en la vasija. Esto se debe a que en la
espiritualidad la persona trabaja con el fin de otorgar, es decir que ella llena su vasija sólo con el fin de adherirse al Creador. En consecuencia, en nuestro mundo
nosotros también pasamos a través de diferentes estados corporales, como
una réplica de los estados espirituales. Aquí también existe el exilio y
la redención, pero todos entendemos estos conceptos de manera
diferente, independientemente de que sea el Creador, el ascenso espiritual y a veces incluso la nación, el estado, o un lugar determinado. Por otro lado, es muy posible que la
“redención” sea para nosotros una conexión en la que se descubre una
vida buena y feliz en un nivel corporal, independiente de la
espiritualidad. En ese caso, le llamamos “exilio” al odio y a los
problemas de cada día. Un enfoque similar, sin ningún tipo de
explicaciones sobre las raíces espirituales, también es legítimo cuando
nos dirigimos a la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.