Durante
la fase de preparación, la persona que estudia Cabalá aún no puede
usarla como una ciencia exacta y operar de acuerdo a los hechos. En
esta fase, yo me realizo en el grupo, en el estudio, en la conexión con
el maestro, en la conexión con el Creador, a través de las fuentes. Yo
estudio fuentes auténticas de Cabalá que están más allá del Majsom (barrera), aunque todavía no las haya trascendido. El grupo ante mis ojos también está más allá del Majsom y especialmente el maestro, así como todos los otros cabalistas y el Creador, la fuerza superior universal. Sólo yo, miserablemente, estoy aquí abajo
esperando ser incorporado en todos ellos. Yo soy incorporado en ellos a
través del grupo que tiene un guía. Él no guía a nadie de forma
personal; él nos pertenece a todos. Él enseña al grupo de acuerdo a los
libros cabalísticos, los cuales también fueron escritos en un grupo, y
todos los amigos juntos quieren descubrir al Creador en unidad general. Esta es la diferencia entre la sabiduría
de la Cabalá y las otras sabidurías: Ahora yo soy como un niño tratando
de comportarme como un adulto, con la ayuda de los distintos “juguetes”
que sus padres le han dado. Si hago esto, crezco correctamente; tengo un
grupo, libros y un maestro, todo lo que necesito. Si los uso de la
forma en que debo hacerlo, yo avanzaré. Uno de los medios más efectivos son
nuestros talleres. Hacemos lo más importante no desde la sabiduría sino a
través de la conexión; un taller es un acto de conexión. Yo escucho lo que dicen los amigos, en
mi mente y corazón anhelo estar con ellos, participar en su unidad,
sentir lo que ellos sienten, pensar lo que ellos piensan. Me incorporo
en ellos y en esto, yo empiezo a aceptar las condiciones necesarias
para la Luz superior. Somos diez personas que se sientan juntas
y entre ellas encuentro una cálida sensación común. Incluso si estoy
viéndolos en la televisión o en la pantalla de un computador, estoy
viendo, de hecho, la conexión, la cooperación mutua entre ellos. Yo
observo y quiero estar dentro. Entonces comienzo a percibir la Luz que Reforma, la Luz Circundante, que desarrolla mi alma.
Es por esto que es tan importante ver al
grupo y sentir que estoy en el centro de éste. Me uno con los amigos;
quiero enlazarlos juntos, abrazarlos a todos y sentir un deseo interno,
un pensamiento, mente y corazón internos. Después de muchos ejercicios, yo empiezo a
sentirme más cercano a los amigos, en tal medida que a través de ellos
percibo la espiritualidad. No subestimen los talleres, puesto que
ellos están muy cercanos a unidad. Llegará a veces, más y más, y no sólo
en la forma de inspiración, sino como una experiencia desde donde la
iluminación de la Luz Circundante llegará a ser la Luz real.
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