Además viajó a Polonia donde tuvo lugar la actividad vigorosa del
movimiento de los trabajadores. Por esto, las autoridades querían
encarcelarlo en Palestina y casi fue arrestado en Europa en calidad de
comunista. En respuesta recibió difamaciones y rumores negativos acerca
de él. Fue forzado a mudarse de Jerusalén a Tel Aviv. Sin embargo, no
había alternativa. Tenía que aplicar toda su fuerza en publicar sus
obras. En general, los tiempos no han cambiado
desde entonces. Por el contrario, en ese entonces había más personas
listas que entendían la presentación y las descripciones de Baal HaSulam.
Hoy, nosotros estamos presenciando el declive de las generaciones, una
estupidez y codicia cada vez mayores. Eso representa la base hoy en día. Debemos entender que la situación en la
que estamos ahora es la misma que en ese entonces. Pensamos que es mucho
mejor, pero seamos investigadores serios, si es posible, objetivos.
La naturaleza humana no ha cambiado, las personas se han vuelto más
obstinadas, más primitivas y tienen una mente más estrecha. Las
computadoras, los dispositivos y los medios nos engañan. El flujo de
noticias acerca del fin del mundo al que estamos familiarizados, los
desastres naturales y el potencial destructivo de la crisis global no
están produciendo un impacto en ellos. Nuestra tarea es alcanzarlos a ellos,
decirles la verdad acerca del estado actual de las cosas, pero mientras
tratamos de hacer eso, las personas simplemente son incapaces de
entender lo que está sucediendo. Yo no los culpo por nada y si mis
palabras suenan negativas, por supuesto que no es su culpa. Ellos no
pueden oír nuestro mensaje. Nosotros no podemos hacerlo sin la
“carga en el corazón”, con lo que realmente está sucediendo aquí. Por
otra parte, debemos continuar nuestro trabajo a pesar de ellos, justo
como Moisés trabajó ante el Faraón. ¿Quién es en realidad el Faraón? Son los
“judíos gloriosos” en quienes la inclinación malvada está creciendo
constantemente, que se vuelven más rebeldes y escupen el rostro de
Moisés, afirmando que no quieren ir con él. No les importa nada: Gracias
a Dios todo está bien, el mundo está lleno de deleites. Ese es el Faraón que no deja salir al
pueblo de Israel del cautiverio, el representante de la inclinación
malvada que está en medio de Israel y nosotros debemos trabajar en
contra de él al máximo de nuestro poder. La Torá nos da un ejemplo, demostrando
que esto es posible. Entonces, debemos tratar de actuar en
correspondencia. Si nosotros tenemos o no éxito no es nuestro asunto. Si
funciona, entonces tampoco es nuestro asunto. Sólo tenemos un trabajo
que debemos hacer. Ante nosotros, existe una sociedad que
sólo desea disfrutar de la vida. Nosotros debemos entender que el Faraón
se manifiesta en las personas de esta manera. Dios nos ayuda a
revelarlo a él, a tener las fuerzas que se oponen a él de forma exitosa. Ellos no tienen la culpa. No es un accidente que al hablar del exilio
Egipcio, la Torá hable principalmente de Moisés, no del pueblo de
Israel. Moisés, Aarón y el Creador ante el Faraón. Esta es la historia
de lo que está sucediendo. Lo principal aquí es trabajar en contra del
egoísmo general.
Pregunta: ¿Qué queremos? ¿Añadir espíritu a las masas o encontrar inclusiones del espíritu entre las masas?
Respuesta: Las
masas no tienen espíritu, sólo indiferencia. Nosotros estamos buscando
dentro de ellos sólo la habilidad para que entiendan el trasfondo de la
historia y los problemas que se manifiestan hoy, para que ellos
entiendan la tendencia de desarrollo y sacudirlos un poco antes de que
vengan los problemas. Esto será aceleración.
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