- En el primer estado, Maljut del Mundo del Infinito es antes de la contracción.
- La segunda condición es todo el proceso a través del cual las siguientes cosas nos suceden: el descenso del mundo, la ruptura, el desarrollo en el mundo y el ascenso de regreso.
- Al final nosotros llegamos al tercer estado, al mismo Maljut del Infinito, pero que está completamente corregido y es 620 veces mayor a su primer estado.
Por lo tanto, el descenso desde arriba
hacia abajo y ascenso inverso se consideran un solo estado. Y este es el
segundo estado, la preparación del tercero y último estado: el final de
la corrección. Sin embargo, alcanzamos el final de la corrección en
cada acción individual como pequeñas partes del sistema general que se
unen gradualmente en una gran “integral”. De hecho, esta “integral” es
una suma cualitativamente nueva de pequeños “sectores”. La pregunta que surge es: ¿Cómo podemos
dar cada paso a fin de lograr el resultado correcto en cada parte?
Respuesta: Sólo mediante la preparación, porque lo más importante para
nosotros es el trabajo hacia la corrección final, colectiva e
individual. Por lo tanto, ahora tenemos que trabajar
en la preparación. Nos quedan menos de tres semanas para la convención
en San Petersburgo y debemos prepararnos adecuadamente. No importa con qué grupo esté en esta
convención, yo estoy preparando como para desconectarme del mundo
entero, de todas las influencias externas: no hay radio, televisión,
libros, ni actividades externas. Durante tres días, mis amigos y yo
vamos a estar en la “gran profundidad”, no importa donde estemos
físicamente. Yo formo una “burbuja” para que mis amigos y yo nos
ocultemos en ella de todas las interferencias del mundo, y me abro a la
influencia de la convención. Todo esto debe organizarse con
antelación por medio de la conexión con el grupo en el que pasaré estos
tres días, o con aquellos que vendrán a San Petersburgo. Yo tengo que
prepararme para separarme del mundo, tengo que estar listo para
conectarme con el grupo, disolverme en él y rendirme como un feto en el
vientre de la madre. Si, supongamos, mis amigos y yo estamos en una
convención espejo, entonces recibimos el alimento, la Luz de vida
proveniente de San Petersburgo, como a través del cordón umbilical. En pocas palabras, al prepararme para la
convención, yo tengo que crear las mismas condiciones que tiene el
embrión en el vientre. No sólo tengo que ver esta imagen frente a mí,
sino sentirla. Esta afecta todo mi camino espiritual, mi oportunidad
de lograr algo en la vida. Los amigos que vienen a la convención
deben comprender: Ellos están en un lugar que debe estar aislado de
cualquier influencia externa. Dejen que la ciudad siga su propia vida,
dejen que la atmósfera irradie sus “emanaciones” en todos; aquí es donde
tenemos que trabajar. Esta convención puede ser única y puede
tener un poder sin precedentes si nos preparamos para ello
correctamente, si nos aislamos de los impulsos circundantes que están,
literalmente, “en el aire”, si nosotros mismos nos desprendemos externa e
internamente. Yo espero que todos los participantes se limpien de las
influencias externas y lleguen ya preparados para que todos se
conviertan en el “vientre” para todos y cada uno de los “embriones” en
el cuerpo colectivo, que todos quieran recibir alimento por parte del
maestro y a través de él de la raíz superior. Al final, todos deben
formar este estado de acuerdo sólo a sus condiciones. Esta es la preparación: Yo me imagino a
los participantes, a mí mismo, imagino cómo lograré amamantarme al
desapegarme de todo lo externo, al adherirme al cuerpo de la madre, al
anularme ante ella. Tengo que pensar constantemente en esto, vivirlo en
una medida tal que se convierta en mi estado habitual. Entonces, al
llegar a la convención, fluiré automáticamente en el camino correcto. Además de eso, tenemos que hacer que
los organizadores entiendan qué se espera de ellos. No nos preocupamos
por tener hermosas pancartas en las paredes y otros elementos
decorativos. Evaluamos la organización sólo por su capacidad de
convertirnos en “vientre”, en un grupo en el pleno sentido de la
palabra. Así, el verdadero organizador no es aquel que organiza las
actividades sino aquel que organiza este “aislamiento” espiritual, este
mundo espiritual, en el que vivimos durante tres días. La convención en San Petersburgo nos
cuesta mucho esfuerzo y dinero. Así que, ¡¿cómo podemos dejar que siga
su curso?! Podríamos invertir todos esos millones de dólares en
difusión. Aun así, vale la pena siempre y cuando nos permita entender
que todo es determinado por la preparación. De lo contrario, no vale la
pena viajar a San Petersburgo, incluso de forma gratuita. Por eso se los advierto: Ahora estamos
obligados a prepararnos correctamente. Todos nuestros amigos,
independientemente de dónde organicen esta convención, deben pensar en
esto, deben reunirse, unirse y discutir la preparación, sin depender de
nadie. Todos nosotros decidimos cómo crear el espíritu adecuado, cómo
formar el “vientre” en el que alcanzaremos la verdadera realización
espiritual. Esto es extremadamente importante. De lo contrario, a pesar de todos los
esfuerzos invertidos, volveremos como si lo hiciéramos de un “festival”,
de una “fiesta”, pero no de una acción espiritual, incluso con una
mayor sensación de vacío. No es por casualidad que de antemano
hablamos acerca el éxito de la convención en Krasnoyarsk; los amigos se
prepararon para ella durante seis meses, mientras estaban en gran
tensión interior. Ellos lo invirtieron todo y también lo hicieron
financieramente. La carpa misma en la que se hizo el evento les costó
dos millones de rublos. Además, fueron recogiendo dinero para traer
personas de lugares remotos. Muchos estuvieron en el tren durante varios
días o incluso una semana; tuvieron que viajar a lo largo de las
carreteras locales. Algunos sintieron un impulso durante la convención, llegaron aquí para estar un día y medio. Esta es una verdadera
inversión. Por lo tanto, sin preparación no hay
convención. Si la persona no se ha preparado a sí misma, si yo fuera
ella devolvería el tiquete. El llegar sin estar preparados provoca el
descenso de sus amigos y los golpea a ustedes como un boomerang y mucho
más fuerte de lo que los golpea a ellos. En este caso, no deberían estar
allí. Se nos dice: “Mantener a los pecadores aparte es bueno para ellos
y bueno para el mundo”. En cuanto a la convención espejo en
nuestro nuevo centro israelí: Si se trata solamente de una pequeña
reunión en el lugar para decidir, organizar tareas allí, y ver en las
pantallas lo que sucede, será un desperdicio, esfuerzos perdidos. Cada uno debe llevar la correcta
intención a la convención, de acuerdo a su grado. Esta intención se
acumula “de a centavos” para el día decisivo. Si ustedes no hace esto,
les recomiendo que no hagan nada: es mejor quedarse en casa y ver la
televisión. Ustedes no darán en el blanco sin esfuerzos, sin intención;
por el contrario, robarán el poder de los amigos, en vez de agregarles
fuerzas a ellos. No se trata de señales externas; debe arder un deseo en su interior de que ahora todos juntos elevemos MAN,
una plegaria por nuestra corrección. ¿Qué es esto? Queremos que venga
la Luz que nos une. En nuestra unidad, nosotros queremos revelar la
fuerza superior y sentir cómo le damos alegría. La persona se dirige al
grupo y del grupo al Creador. Esto es “Israel” (ישראל), que significa:
“directo al Creador” (Yashar-El – אל – ישר). Nosotros necesitamos la misma convención que en Krasnoyarsk sólo que con un nuevo Aviut,
es decir, con una nueva profundidad del deseo. Tomemos el ejemplo de
Krasnoyarsk y creemos lo mismo en San Petersburgo. Estas dos
convenciones son como una. En el lenguaje de la Cabalá, podemos
llamarlas “dos cabezas del Partzuf: “Rosh de Hitlabshut y Rosh de Aviut.
En consecuencia, la adición que tenemos que sentir es la adición de la
Luz que Reforma. En Krasnoyarsk, fue un deseo puro, ”transparente”,
dirigida hacia arriba, relativamente preparado para todo y en San
Petersburgo habrá el “egoísmo de una gran ciudad”, el espesor del deseo.
Pero no debemos regodearnos en él sino elevarnos al estado en que nos
encontrábamos en Krasnoyarsk. Durante la convención, tenemos que “estar
suspendidos en el aire”, por encima del egoísmo, por sobre la razón. Para esto es que debemos prepararnos. Tendremos que trabajar no en el espesor
mismo; esto es imposible y no es necesario. Nuestra tarea es elevarnos
cada vez más, ahora, durante el tiempo de preparación. La preparación es
una acción potencial: Yo todavía no he llegado a su realización, pero
ya actúo con lo mejor de mis capacidades. Por ejemplo, al prepararme para ser
ingeniero, yo estudio, trabajo en proyectos, paso por una capacitación
para ese trabajo y sólo entonces adquiero la profesión. Así, en el período de preparación yo
llevo a cabo las mismas tareas que enfrentaré más adelante, pero las
hago en condiciones previas especiales. La preparación ya es una acción,
no es una fantasía, no son sueños acerca de un futuro brillante. Desde
ahora mismo me mantengo en contacto con los amigos y trato de conectarme
con ellos. Constantemente analizamos el próximo evento y su realización
actual y futura. Imaginen que ustedes están organizando
esta convención para unos cuantos miles de personas. Ustedes están a
cargo, todo depende de ustedes, es decir, que su grupo de diez debe
hacerse cargo de lo más importante, de unir los corazones. Ahora,
actúen como un hombre con un corazón.
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