No
podemos quedarnos de brazos cruzados y torturarnos a nosotros mismos,
sino que debemos esforzarnos. Pero nosotros no trabajamos de acuerdo a
lo que sentimos, porque de lo contrario no nos moveríamos. Si yo
obedezco mis sentimiento y mis sensaciones, siempre permanecerá en el
mismo estado y no seré capaz de hacer nada. Mis sensaciones, mi deseo de recibir,
están en un estado determinado y mientras yo esté inmerso en mi deseo,
en mi materia, no puedo actuar contra ella. Por suerte tengo una mente
en la que empiezo a estudiar mis sensaciones, así que entiendo que mi
estado, mis sensaciones son malas y que debo cambiar. Al usar mi mente, la cual es totalmente
opuesta a mis sensaciones, yo comienzo a imaginar el siguiente estado,
el nivel superior que opera e influye en mí si lo anhelo, es lo mismo
que un embrión para su madre. Empiezo a pensar cómo debo esconderme,
cómo debo “esconderme bajo de sus alas”, como puedo entrar en el nivel
superior y adaptarme a él.
Sólo pienso en la forma del embrión, en
la impresión de que yo recibiré del superior si lo penetro incluso de
manera egoísta, yo mismo me proporciono su protección y preocupación.
Así que me imagino cómo es el vientre de la madre al que quiero entrar y
entiendo que este es el grupo que se estableció por medio de mis
relaciones con los amigos. Yo comienzo gradualmente a hacer mi mejor
esfuerzo para establecer este tipo de relaciones con los amigos. Gracias a estos pequeños esfuerzos
derivados de la mente, comienzo a avanzar, “todo se borra en mi mente”,
puesto que cuando llega la sensación, yo estoy simplemente muerto. Pero
al usar mi mente, puedo pensar un poco en ello e imaginar esta imagen:
el orden de los estados de los dos niveles, el inferior y el superior.
Me imagino cómo el inferior entra en el superior, cómo es posible
organizar tal estado con la ayuda del grupo y cómo hacerme pequeño ante
ellos para que se conviertan en parte del vientre que me pasará a mí la Luz superior. Si yo mismo me disminuyo ante ellos, seré capaz de recibir la Luz por medio de ellos y sin siquiera saberlo. Así que repito que nosotros no debemos
permanecer bajo el control total de nuestras sensaciones que nos
destrozan durante el descenso. Tenemos que imaginar las relaciones entre
los niveles y dónde están ustedes con respecto al superior, usar un
poco la mente con el fin de salir de mis sensaciones, mirar
objetivamente el estado en el que estoy y qué puedo hacer en él, aunque
sea artificial. La persona comienza a imaginar los
niveles, estados e influye en sus sensaciones por medio de su mente y
así alimenta sus pensamientos. De esta forma comienza a establecer su
nuevo estado. La Luz que Reforma viene y saca a la persona del mal humor
al implantar en ella la esperanza y la confianza con la cual regresa a
los amigos.
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