Es
muy sencillo. Debido a la impotencia ante el hecho de que no somos
capaces de unirnos, nosotros nos volvemos hacia la Luz Circundante,
hacia el Creador y le pedimos que nos una. Esto ocurre en todos los
grados. Después descubrimos nuestra incapacidad para unirnos, llegamos a
la “puerta de las lágrimas”, lloramos y recibimos la fuerza para
conectarnos, para unirnos. ¿Pero cómo nos une el Creador si somos
diferentes? Somos adheridos entre nosotros sólo de acuerdo a nuestras
intenciones de conectarnos con el Creador, si queremos otorgarle
solamente a él. Él se convierte en nuestro vínculo de conexión, en
nuestra meta. Es como cuando los padres se unen en torno a un solo niño.
Puede incluso odiarse, pero se conectan a través de él, al cuidar
juntos de él. Pero en este niño, ellos se reconcilian,
aunque se odien. Sin embargo, lo aman y es por eso que se conectan en
él, en este punto. Esta es la unión de los opuestos. Todos somos
opuestos en mil diferentes propiedades y direcciones. Ninguna persona es
igual. Entonces, ¿qué podemos hacer con nuestro deseo de disfrutar? No
podemos acabar con él; no podemos hacer nada. A nosotros sólo se nos da
la oportunidad de realizar acciones que conduzcan hacia la unidad. Tenemos que conectar dos partes que no
tienen nada en común, excepto la base animal. Es por eso que existe este
mundo en el que podemos conectarnos a nivel físico con sólo “tomarnos
de la mano”, pero expresando nuestro sentimiento por medio de este
gesto. Por lo tanto este grado está separado de todos los demás grados,
de todos los estados, ya que nos permite comenzar a ascender. En este
mundo, podemos darle una palmada a la otra persona en la cara o darle un
beso y afectar así su deseo. Es posible besar la petición y el deseo
puede ser cambiado debido a su deseo de besar. Yo solo abrazo a alguien sin sentir
ninguna simpatía por él, e incluso sintiendo la sensación de rechazo,
pero debido a estas acciones, el deseo cambia gradualmente. Esta es la
singularidad de este mundo en el que es posible afectar de un deseo por
medio de las acciones físicas. Pero todo esto sucede en un cierto grado y
sólo como una preparación.
Es por eso que ésta no es considerada una
conexión espiritual.
Pero si hablamos acerca de los deseos
espirituales que son más elevados que el grado de este mundo, entonces
allí utilizamos deseos materiales que de ninguna manera se cruzan con
los deseos de otra persona. Si queremos unirnos, entonces el Creador
debe estar entre nosotros. Sólo a través de Él, a través de nuestra
raíz, nos conectamos, como dos hermanos que se conectan a través de una
madre en común. Es por eso que son llamados hermanos.
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