Incluso antes de que el estado de revelación hay períodos en el que el
ocultamiento se hace más fuerte y luego más débil, comenzamos a
entender y a sentir un poco más. En períodos de revelación, recibimos la
iluminación en el corazón, en la mente y luego somos atraídos hacia la
unidad, los estudios, el camino espiritual, la alabanza al Creador y la
meta. Durante el ocultamiento, nosotros por el contrario no queremos
avanzar, no estamos contentos con las condiciones de trabajo y
descuidamos la meta. En ellos solo es posible avanzar con fe encima de
la razón, debido a la dedicación del alma, a los esfuerzos
individuales, por sobre el propio deseo de uno y la fuerza humana. Estas condiciones no cambiarán; es la
persona que tiene que cambiar. Así como ella buscó el conocimiento y las
sensaciones agradables, cumpliéndolas durante el ascenso, también ahora
ella debe buscar la devoción del alma durante un descenso. Pero ¿de dónde podemos obtener estas
fuerzas, porque el deseo de disfrutar trabaja sólo con el combustible
llamado “placer”? El placer determina la meta y suministra energía para
el trabajo que nos permite alcanzar esta meta. Pero si la oscuridad, el
ocultamiento se espesan y desaparece cualquier deseo de ir hacia
delante, ¿qué podemos hacer entonces?. Hasta cierto punto ustedes necesitan
avanzar y aplicar esfuerzos tanto como puedan. Hay un límite
establecido, hasta el cual la persona puede hacer esto, conseguir
combustible del grupo, del entorno, del maestro, de los estudios, del
Creador, es decir, de las fuentes externas. Pero un día ella llega a
este límite, aunque todos los medios disponibles estén muy bien
organizados. Esto significa que ella desborda su
medida y nace una oración por encima de esta. Ella quiere trabajar sin
ningún tipo de recompensa, sin llenado, como una “máquina de movimiento
perpetuo”: convertirse en una máquina en funcionamiento sin ningún tipo
de combustible que no exige nada, ni la grandeza de la meta, la
sensación del significado de su acción, o cualquier otra compensación. Trabaja sólo porque el Rey necesita de
su trabajo. Además, ella no entiende a ese Rey y no lo siente a Él, a
fin de no recibir ninguna recompensa y motivación de su conciencia, lo
cual podría utilizar como combustible. ¡Sólo cuida de no tener
combustible egoísta! Sus esfuerzos para hacer acciones sin ningún tipo
de motivación son llamados devoción del alma, auto sacrificio, esfuerzos
sobrehumanos, o fe por encima de la razón. Esa es su meta, porque esto le permite
una medición muy precisa para determinar si realmente ella se esfuerza
por darle a la Fuerza Superior, al Creador. Si realmente no desea nada
para sí misma a fin de realizar el trabajo sin ningún tipo de
condiciones y limitaciones, de manera infinita, por encima de cualquier
compensación, éste es el punto a través del cual ella empieza a tocar la
espiritualidad en cada grado.
Este punto es llamado el punto por encima de la razón. Éste forma la cabeza (Rosh) del Partzuf con respecto al cuerpo (Guf). Esto ya es un grado más elevado en relación al actual o a la adhesión con el AHP del superior como un embrión. Estos estados son muy precisos; la persona puede medirlos y así avanzar. Por lo tanto, la devoción del alma no es
un concepto vago, más bien es algo que se mide claramente en relación
al deseo humano de disfrutar. Si la persona restringe su deseo desde
todos los lados y quiere trabajar para no recibir ningún combustible y
ninguna compensación por su egoísmo en nada, ni ahora ni en el futuro,
entonces se eleva al estado de fe por encima de la razón o la devoción
del alma.
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