Las acciones de una persona están divididas en las aspiraciones físicas
y morales, deseos internos que pueden ser expresados en forma
particular en sus acciones. Nosotros vivimos en un mundo que está
compuesto por dos componentes: nuestras aspiraciones internas y las
acciones externas. Lo más importante son las aspiraciones internas a las
cuales, en general, no les atribuimos mucha importancia. Está claro que el mundo que nos rodea
está dirigido hacia una meta particular, y la forma de nuestro avance no
depende de nosotros en absoluto. Vemos que todos nuestros programas y
proyectos carecen de valor y que no podemos realizarlos. Estos
desaparecen en algún lugar y en vez de ellos llegan otros eventos
diversos. Ustedes ven que nosotros no controlamos nada. Hacemos todo
tipo de revoluciones, construimos algo, aspiramos hacia una determinada
dirección, pero al final, todo resulta diferente y no podemos entender
qué nos está pasando. La sabiduría de la Cabalá
dice que el mundo está bajo la influencia de leyes absolutas que
nosotros debemos conocer, no sólo observar y debemos utilizarlas de la
manera correcta a fin de alcanzar el mejor estado posible para nosotros
en el campo de la aplicación de estas leyes. En cualquier caso, el mundo llegará a la
meta. La persona, ya sea que lo quiere o no, alcanza un estado que fue
planeado desde el principio por la naturaleza y hacia el cual nos ha
llevado durante miles de millones de años. De acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, es posible alcanzar este buen estado final de dos maneras. Una de ellas es por medio de las fuerzas de la naturaleza. Este camino es desagradable, malo, nos empuja hacia delante a través del sufrimiento y la influencia de nuestro ego,
de nuestro deseo instintivo que actúa automáticamente para estar en el
estado más cómodo que podemos elegir por nosotros mismos, de forma
consciente o inconsciente, en cada momento. Cuando la naturaleza nos desarrolla a
través del sufrimiento, ésta nos muestra la inferioridad, la bajeza, la
vulnerabilidad de este estado y luego, a través de este estado, somos
obligados a buscar alguna otra cosa. Sin embargo, la idea es que la
naturaleza siempre nos lleva de esta forma para que elijamos el
siguiente estado de acuerdo a su meta, y eventualmente avancemos. De esta forma avanzamos por el camino de
ensayo y error, porque no conocemos nuestro próximo estado ni
entendemos cómo debe ser en comparación al estado previo. Huimos del
estado anterior sin dirigirnos hacia el siguiente estado; nosotros
avanzamos inconscientemente: Lo principal es ocultarnos, escapar del
sufrimiento al igual que todos los animales que solo huye
instintivamente del peligro. Este avance, en todo caso, nos lleva hacia la meta, pero por un camino largo y difícil. Como resultado, somos invitados a
comprender toda la cadena de acontecimientos que hemos estado
atravesando en el transcurso de miles de años de nuestra evolución. De este modo descubrimos una verdad muy
interesante: la necesidad de cambiar la intención en todas nuestras
acciones. En otras palabras, nuestras acciones pueden seguir siendo como
son. Lo principal es trabajar para cambiar nuestras intenciones y
esto, de hecho, habla de un cambio en mí mismo. Lo más difícil para la persona que es
cambiarse a sí misma. ¿Qué quiero de lo que estoy haciendo, de mi vida,
de todos los estados que estoy atravesando?. Ustedes ven que la intención que ahora
tengo, ya sea consciente o inconscientemente, es sólo para mi propio
bien o para el bien de otros. ¡En este caso, tengo que cambiar de alguna
manera! ¿Cómo puedo superar mi naturaleza, cambiarme a mí mismo,
cambiar mi intención?. Los cabalistas dicen que esto es lo más
importante, lo más importante para la persona. No hay necesidad de hacer
nada más. Nosotros tratamos de cambiar nuestra vida, nuestra sociedad y
la sabiduría de la Cabalá nos dice que todo cambia a través de un
cambio en la intención. Si cambiamos nuestra intención lo cambiamos
todo. ¡Si somos capaces de controlar nuestras intenciones, controlamos
todo el universo, todos los mundos!
Por lo tanto, si, hoy en día todas las
intenciones en todas mis acciones son sólo para mi propio bien, debo
transformarlas de manera que en cada actividad sean sólo para el bien de
los demás. ¿Es esto posible? En principio, no. Si
miramos la realidad que nos rodea, vemos que todo actúa sólo de manera
egoísta. En otras palabras, nosotros y la naturaleza que nos rodea, la
sociedad humana, todos los objetos inanimados, plantas, animales y seres
humanos, sólo actúan en beneficio propio, para sí mismos, y nosotros no
podemos cambiar de ninguna manera. Sin embargo, si seguimos actuando de
esta manera causaremos aún más sufrimiento. Esto ahora es evidente en
nuestro mundo a un ritmo creciente: todo tipo de problemas vienen sobre
nosotros y son cada vez más amenazantes.
Por otra parte, en todas y cada una de
las generaciones, hay un número de personas (en nuestra generación que
son muchas) que están empezando a entender que deben alcanzar algo más,
salir a otro nivel de existencia, a otro nivel de intención, entender
qué está pasando y elevarse desde el nivel del activado al del
activador. Este deseo actúa en el subconsciente de
todos nosotros. Entre una parte de nosotros se revela menos, entre otra
parte, más. En otras personas, esto se revela en diversas formas, de
formas únicas. Vemos la forma en que las personas vienen a nosotros,
cómo nos encuentran. Ustedes ven que existimos en el campo de nuestra
intención, ellas se sienten atraídas por éste y se unen a nuestros grupos. Muchos de ellos desaparecen después de
esto, vuelven a su mundo. Muchas de ellas, sin duda no entienden por qué
vinieron, puesto que parece que no les explicamos esto a ellas de una
buena forma en nuestras clases ni en los talleres sobre Cabalá. Por lo
tanto, tenemos que avanzar y corregirnos a nosotros mismos en esto
también. Sin embargo, de manera general, en
nuestro tiempo, ya hay muchas personas que aspiran a cambiar su
intención de tal manera que, a través de las dos intenciones, por su
propio bien y en beneficio de los demás, puedan comenzar a manejar su
estado y el estado del mundo que las rodea. Por lo tanto, a pesar de que nuestra
primera intención es el egoísmo absoluto, la intención para nuestro
propio bien, nosotros podemos corregirla. Para ello, se le dio a la
humanidad la inteligencia y el control.
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