Todo el problema está en cómo corregir una conexión negativa entre
nosotros hacia una positiva. Si tuviéramos éxito en arreglar y
determinar una conexión positiva, entonces sentiríamos el poder más
elevado entre nosotros y en vez de la realidad de hoy en día, veríamos
una realidad que está completamente llena de Luz, otorgamiento. Así
sería la vida en otra dimensión espiritual. Pero estamos en una ruptura con respecto
a esta condición de plenitud, en una forma que es su opuesta. Todo
nuestro trabajo es ir del estado roto al estado de plenitud.
Al principio de la creación se creó una
vasija llena de Luz. Este estado es llamado el Mundo del Infinito. Pero
aquellos que estuvieron en este mundo no se sentían como si existieran
porque la Luz suprime todas las diferencias y no permite sentir nada.
Por esta razón fue creada la ruptura, todos allí descubrieron que ya
no existía ninguna Luz. La Luz desapareció de este mundo; fue removida y
el mundo quedó vacío. ¡ahora todas las partes de la creación han
llegado a ser egoístas; el ego se revela entre ellas!. Necesitamos traer de regreso la Luz para
que esta llene el mundo nuevamente. Esta es nuestra meta y esto
indicará el estado del final de la corrección (Gmar Tikkun).
Pero debido a la diferencia entre estos dos estados, pasamos de un
estado negativo a nivel muy positivo en el que empezamos a entender y a
sentir el poder más elevado, el Creador. En el primer estado fuimos suprimidos y
no nos sentíamos en absoluto, éramos llenados completamente con la Luz
Superior, como un borracho que bebe tanto que pierde la consciencia y no
entiende qué le está pasando. Ahora estamos en un segundo estado y
estamos empezando a sentir cuánto carecemos de Luz, cuánto carecemos de
la correcta conexión entre nosotros. Esta es la crisis que el mundo está
experimentando hoy en día. La Luz gradualmente desapareció y ahora
estamos empezando a sentir que estamos hundiéndonos en la oscuridad. Nuestro siguiente estado es el
principio de la corrección donde traemos de regreso la Luz a un lugar,
según el grado en el que nuestras almas estén listas para aceptarla y
atraerla nuevamente, según el grado en que demandemos que el Creador
esté junto con nosotros. Necesitamos vaciar un lugar para Él, para esto
debemos remover nuestro ego que nos quita todo nuestro espacio de vida.
Es necesario suprimirlo. Entonces todos nosotros juntos entramos en el
centro del grupo donde construimos relaciones los unos con los otros que
son como la Luz. De acuerdo a esta semejanza y equivalencia, de
acuerdo a la ley de equivalencia de forma entre la Luz y la vasija, la
Luz regresa a nuestra conexión. Todo esto es muy fácil de entender y es
increíblemente difícil de llevarse a cabo.
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