Si consolidamos la conexión entre nosotros, entonces por encima de
nosotros, se revela una fuerza mayor y más cualitativa en el punto
central de nuestra conexión, en el centro del círculo. Esto puede
sostenernos en cualquier estado que deseemos. Esta fuerza puede quitarnos todos
nuestros problemas, formarnos y organizar nuestra vida de una manera
totalmente diferente. Nosotros no la buscamos en algún lugar en el
cielo, por encima de las nubes y las estrellas, o mediante el uso de
diferentes trucos y meditaciones, sino sólo en la conexión entre
nosotros. Además, la nación de Israel vivió en
este estado durante más de mil años. Hay muchas historias que se
remontan a aquellos tiempos sobre la revelación de la Fuerza Superior,
desde el mismo nivel en el que se escribieron todos los libros sagrados.
Se trata de cómo vivía la nación y este estado es llamado el Templo. El Templo no es un edificio de piedra,
sino la conexión entre nosotros. Cuando la conexión entre nosotros se
rompió, se dice que el Templo fue destruido. Entonces, en vez de amor y
conexión, hay odio infundado entre nosotros. Por lo tanto, hoy no
sentimos ninguna conexión entre nosotros y esa es nuestra forma de
vivir. Este estado es llamado exilio y ese es
el exilio de la conexión. La fuerza que puede hacer lo que queramos se
revela en este sentido y realmente puede hacer milagros.Nosotros no
tenemos que hacer nada con el fin de alcanzarla, sólo debemos saber cómo
conectarnos.
Pregunta:
Usted se ha reunido con muchos científicos de renombre en todo el
mundo. ¿Aceptan ellos esta explicación? ¿Pueden percibir un concepto
como por ejemplo el centro del grupo por medio del pensamiento racional?
Dr: Laitman
Los científicos de hoy en día no sólo creen y aceptan esas
explicaciones, sino que además creen en toda clase de tonterías. No
creerían ustedes el estado en el que se encuentran. En determinado
momento estuvieron seguros de su ciencia: las leyes de Newton e incluso
sobre Einstein.
Pero hoy en día, los científicos tienen
una vida muy difícil porque están abriéndose en la naturaleza vacíos tan
profundos, que los científicos se dan cuenta; mediante el uso de la
mente humana ordinaria, no son capaces de percibir y de digerir o
entender las leyes.
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