Sin embargo, antes de eso, nadie quería hablar de ello. No se trata
sólo de que cayó el mercado de valores o que quebró algún banco, más
bien la crisis global abarcaba al mundo entero. El mundo comenzó a ver
que está totalmente unido en un solo sistema, pero este sistema no es
bueno. Nosotros queremos trabajar juntos.
Europa está unida por la desesperación, porque somos completamente
interdependientes. Sin embargo, las leyes que nos conectan son leyes
egoístas, y así, en vez de utilizarnos correctamente entre nosotros, nos
dañan y arruinan mutuamente.
Esto no fue así antes. El comercio
internacional, las relaciones internacionales, las universidades, las
fábricas, las empresas y las naciones desarrolladas. Todo funcionaba
bien, según el principio de intercambio mutuamente benéfico, “tú – yo,
yo – tú”, fue posible desarrollarlo. Pero el problema es que existen
dependencias específicas en el mundo que se han convertido en un sistema
cerrado, en una red integral. Estas ya no son las viejas relaciones
económicas, políticas y culturales entre algunas naciones, sino que se
necesitan nuevas relaciones únicas entre nosotros. Sin embargo, nosotros no entendemos
estas relaciones únicas porque somos egoístas por naturaleza. Aunque
todos sabemos que estamos unidos unos con otros de manera integral en
todo el mundo, seguimos trabajando con los demás de acuerdo a un
estándar capitalista egoísta regular al que nos hemos habituado, de tal
forma que estos lazos no funcionan. Esta es la crisis. La contradicción
entre las nuevas relaciones que debemos establecer entre nosotros en el
mundo, conectados de nuevas maneras y nuestra incapacidad de alcanzar
esto se debe a la falta de conocimiento Las personas piensan que pueden seguir
existiendo como antes. Pero, el mundo, la sociedad humana, toda la
naturaleza inanimada, vegetativa y animada, incluyendo a la humanidad,
ya se han convertido en un sistema en el cual debemos transformar
nuestra actitud. Esto se requiere específicamente de nosotros los seres
humanos, no de la naturaleza inanimada, vegetativa y animada de la
naturaleza. Por lo tanto, si estamos pensando en
profundizar en la razón de la crisis, quedará claro que la razón es
nuestra percepción. Todo eso es lo que pasa, que no nos damos cuenta en
qué clase de red de conexiones mutuas nos encontramos de repente y cómo
todos nosotros juntos debemos comportarnos de acuerdo a las condiciones
de esta red. Aquí, la Cabalá viene al rescate. En
ella se explica que el mundo de hoy debe actuar de la misma manera en
que nos comportamos en un grupo de amigos, cada uno ayudando a su amigo,
integrándose con los deseos de los demás y viendo todo como un hombre
con un corazón. Esas leyes deben prevalecer gradualmente en el mundo. Ya sea que el mundo lo quiera o no, éste
ya está empezando a comportarse de acuerdo a estas conexiones, si no
salimos hacia la humanidad, le enseñamos y le explicamos lo que sucede
hoy en día, entonces no estamos aplicando la sabiduría de la Cabalá. No
estamos llevando a cabo nuestra misión para la cual hemos recibido este
conocimiento.
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