La Torá, “Levítico” (Sheminí), 10:6-10:7: Entonces Moisés les dijo a Aarón y a Eleazar e Itamar

Sus hijos: “No dejen de cortarse el cabello de sus cabezas, ni rasguen sus vestiduras, para que no mueran y para que no Él se enoje con toda la comunidad, pero sus hermanos, toda la casa de Israel, lamentarán la conflagración que el Señor ha hecho. No salgan de la entrada de la tienda de reunión para que no mueran, porque el aceite de unción del Señor está sobre ustedes. “ellos lo hicieron como Moisés lo ordenó.

Pregunta: ¿Cómo podemos explicar que no se les permite lamentarse?

Dr: Laitman Esto no se refiere a las personas que se comportaron de forma temeraria y se quemaron de alguna manera, sino de las almas. Cuando hablamos de correcciones espirituales alegóricamente, a veces se expresa esto de una manera muy especial. Hay un estado en el que ustedes deben llorar, dado que el duelo es en realidad una corrección. Esto no significa que deban sentarse y llorar, puesto que aquí no hay nadie por quien llorar. No se trata del concepto corporal de duelo, que se observa a nivel corporal. Los siete días de luto significan que durante estos siete días (siete Sefirot): Jesed, Guevura, Tifferet, Netzaj, Hod, Yesod, Maljut, ustedes se dan cuenta y perciben gradualmente toda la profundidad de su caída y las razones para ella. Por lo tanto, después de los siete días, al entender el significado de su caída; están listos para iniciar la corrección, el renacimiento del deseo que murió en contra de su voluntad, de la misma forma que Nadav y Avihú encendieron el fuego sagrado contra su voluntad, quemaron incienso, entraron en el lugar santísimo, y trataron de realizar una acción. Con el fin de corregir algo, primero deben descender a la profundidad más oscura de su deseo y percibir plenamente el alcance de la ruptura; el rechazo que se siente entre todas las partes del alma general. Sólo después de alcanzar la ruptura son capaces de volverse hacia el Creador desde la profundidad de este estado, habiendo entendido que no fueron ustedes quienes lo hicieron, sino el Creador. En realidad, es en toda la profundidad del descenso en el que sienten que este es el fin, que comienzan a sentir que este estado se los dan a propósito para que ustedes adquieran el contacto con el Creador, porque la ruptura y la corrección no son importantes. Lo importante es que adquieran el contacto con Él por encima de todos estos estados.