¿Puede la persona ser libre, si es así, de qué maneras?Primero,
ustedes necesitan imaginar qué es la libertad y qué están buscando
¿Estamos buscando la libertad del ángel de la muerte, ya que fue tallado
en las tablas del pacto, estamos buscando vida espiritual eterna, o
creemos que podemos ser libre en nuestras actividades materiales
diarias?
Los cabalistas nos explican que en la
vida común no tenemos ninguna independencia en absoluto, más bien, que
toda nuestra vida ya está predeterminada y que cada paso ya está
previamente organizado para nosotros. La libertad es posible sólo si nos
elevamos por encima de la vida a un nivel de toma de decisiones, al
nivel espiritual. Es aquí donde existe la libertad de
elección, ya que hay dos fuerzas opuestas en este nivel, recibir y
otorgar; mientras que dentro de nuestro mundo existe sólo una fuerza, la
de recibir que nos permite aceptar menos o más, dependiendo de nuestro
entendimiento de lo que corremos el riesgo de ganar o perder. En otras palabras, todo depende de
nuestro simple entendimiento de dónde ganamos o perdemos más. ¡Por lo
tanto, no hay en absoluto tal cosa como libertad! Yo siempre sopeso
antes de decidir qué elegir. Después de evaluar el “costo” de algo, no
hay libertad de elección que quede en mí para ir contra esta. Mi
naturaleza está moldeada al recibimiento máximo y al mínimo
otorgamiento. Es así como actuamos en todo, conscientemente o no. A veces nos parece que podemos ir contra
nuestra lógica terrenal, pero es una ilusión ya que detrás de esta se
esconde un interés egoísta más profundo que define nuestras acciones.
Pero cuando nos elevamos al nivel
espiritual y alcanzamos el deseo de otorgar, el cual trabajo junto con
el deseo de recibir, empezamos a tener equilibrio entre estos dos deseos
y permanecemos entre ellos, en el tercio medio de Tifferet,
sin inclinarnos hacia un lado u otro. No estamos eligiendo qué es más
atractivo para nosotros, recibir u otorgar, de lo contrario no sería
considerado una opción, sino más bien que depende de nuestra evaluación. La libertad de elección sólo es posible
si estoy entre dos fuerzas, positiva y negativa (otorgamiento y
recepción), si me las arreglo para establecerme a mí mismo entre ellas
como si fuera un motor en un circuito. Por lo tanto, uso ambas fuerzas ya que
tengo libertad para construirme al incluirme en ambas fuerzas; esto da
nacimiento a una nueva realidad. ¡La libre elección que poseemos en la
espiritualidad nos permite construir al Creador! El Creador soy yo pero
en un estado corregido. Es por esto que Él es llamado “Bo Re” (ven y ve). Ustedes construyen una nueva realidad a
partir de estas dos fuerzas opuestas. Antes de alcanzar este estado, no
hay libre elección. No hay forma de obtener libertad de elección
escogiendo solo de una fuerza o desde dos fuerzas opuestas; sólo si nos
las arreglamos correctamente para conectarlas juntas conseguimos un
tercer componente llamado, “Adam” (Hombre) o “El Creador”.
¡Nuestro deseo está hecho por medio de
una impresión inversa de la Luz, entonces si sólo se siente a sí mismo,
resulta ser algo espantoso!
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