Todos se perciben a sí mismos por igual. No hay quienes estén más o
menos elevados, todos quieren conectarse y esta conexión sólo es
posible entre iguales. Yo acepto la opinión de todos, todos los
corazones, todos los pensamientos. Es importante para mí estar integrado
en ellos, desaparecer allí, entrar allí y disolverme. Eso es lo que todos piensan. Dentro de
una sensación así, construimos un corazón como una persona. En el
momento mismo en que alcanzamos una conexión de este tipo, nos sentimos
dentro de este corazón para compartir un poder único, una inteligencia
llamada la Torá. Porque nosotros mantenemos las condiciones de la
recepción de la Torá: Nos hemos vuelto como un hombre con un corazón. Por lo tanto, sentimos que nos hemos
convertido en un deseo y un pensamiento. Este deseo y pensamiento
comunes se convierten para todos nosotros en la sensación de un estado
elevado, más alto y más sublime que nuestra vida corporal actual. Esto
nos eleva por encima de nuestras familias, por encima de esta tierra,
por encima de toda la vida material. Ya hemos comenzado a sentir ese poder
que organiza intencionalmente para nosotros una forma incómoda como esta
en esta vida terrenal, con problemas incesantes y guerras, por lo tanto
ascenderemos hasta su nivel. Si a partir de este momento continuamos
despertándonos a nosotros mismos hacia una conexión aún más fuerte y
descubrimos aún más la fuerza superior, podemos avanzar sin ningún tipo
de perturbaciones externas. Por el contrario, vamos por el buen camino todo el tiempo con “Yo lo aceleraré” (Ajishena),
en el camino de la Luz. Al elevarnos atraemos a todo el pueblo de
Israel después de nosotros y después de ellos al mundo entero como si
detrás de nosotros estuviéramos arrastrando una red: Todos se unen y se
elevan.
Pregunta:
Es así realmente, pero en el momento que yo salgo del círculo y miro
las noticias, me olvido de inmediato de la sensación de conexión en el
círculo…. ¿Cómo podemos aferrarnos a él y difundirle a todo el pueblo de
Israel?
Dr: Laitman
Una vez más es necesario que se reúnan para los talleres una y otra
vez, y por fuera de sus círculos habrá miles de otros círculos. Cada uno
de ellos, a través de su acción, influye en los demás y estos influyen
en él. Así descubrimos que podemos cambiar el
mundo sólo a través de esa acción de conexión. Nos volvemos
verdaderamente los dueños de nuestro destino. Pero es imposible corregir
la situación a través de la eliminación de unos cuantos terroristas y
de la destrucción de sus bases. Con esto no cambiamos la historia, esta
se repite. Nuestra conexión es el único medio para voltear la historia
hacia un nuevo horizonte.
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