Todos los animales de sacrificio fueron presentados
ante Sumo Sacerdote y él les recordó que fueran capaces de reconocerlos
cuando él realizaba el servicio. Todos nuestros deseos animados se nos
despliegan; nosotros analizamos, identificamos y reconocemos que debemos
elevarlos al nivel del Lugar Santísimo, por ejemplo, al nivel del
otorgamiento completo.
El Midrásh dice, capítulo, “Ajarei Mot”. En la mañana, los sabios que lo instruyeron se fueron y fueron sustituidos por experimentados Cohanim (sacerdotes)
que ejercían el arte de cambiar incienso de una cuchara a la palma,
que era una de las acciones más complicadas que tenía que realizar el
Sumo Sacerdote durante el servicio del Lugar Santísimo en Yom Kippur. La “cuchara” es el Kli (vasija) del nivel inanimado. “Palma” es el Kli del nivel hablante. El “incienso” simboliza la Luz Reflejada (Ohr Jozer),
algo que elevamos al Creador. Es difícil elevar incienso (La Luz
Reflejada) al nivel hablante. Tenemos que “activar” un grupo diferente
de deseos, aquellos que nunca hemos experimentado previamente, y re
direccionarlos hacia el otorgamiento, es decir, cortar el egoísmo de uno
en una medida que previamente parecía imposible. Este es un trabajo
duro. En este mundo, a menudo las acciones
internas menores son las más complicadas. Imaginen que les doy medio
vaso con agua. ¿Cómo sucede esta acción en la espiritualidad? Tengo que
imponer una restricción, una corrección completa de todos los deseos que
siento hacia un vaso con agua, elevarlo por encima a Jafetz Jesed,
al primer nivel de santidad, entonces corregirlos al grado del
segundo paso, al Lugar Santísimo y solo entonces puedo dárselo a
ustedes. ¡Este es el problema! En la
materialidad, todas las cosas son consecutivas, mientras que en la
espiritualidad, involucra docenas de años y trabajo duro y cientos de
pasos. Es por esto que en este mundo estamos en
el estado que “de cierto modo” nos permite realizar acciones
espirituales. Si no fuéramos capaces de realizarlas, no estaríamos vivos
en absoluto. Solo debido a que las observamos podemos existir. En cuanto al reino espiritual, a menos que nuestros deseos más internos lleguen a estar listos para otorgar, no lo alcanzaremos.
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