‘Seguramente podemos subir y tomar posesión, porque, de
hecho, podemos superarlo’ Pero los hombres que subieron con él, dijeron:
‘No podemos ir contra el pueblo, porque son más fuertes que nosotros’
Caleb
está entre los espías, como Moisés. Es el mismo punto en el corazón que
recibe un nombre diferente en cada estado en el que existe. Queda en
cada estado y así es como la persona avanza, ya que sin él no podría
progresar. Imagínense si todos los espías hubieran declarado que el
trabajo espiritual no era para ellos y se hubieran ido. El Creador
habría tenido un reporte terrible del pueblo.
La Torá, “Números“,
13:32 a 33: Se difundió un informe [malvado] acerca de la tierra que
habían explorado, diciendo a los hijos de Israel, ‘La tierra que
exploramos es una tierra que consume su habitantes y toda la gente que
vimos en ella son hombres de estatura. Allí vimos gigantes, hijos de
Anac, descendiente de gigantes. A nuestros ojos, parecíamos como
langostas y así parecíamos a sus ojos.
Es el ego en el que los espías se hunden, sin tener poder para ir por encima de él. Los gigantes (Nefilim) ya han superado el ego y pueden existir por encima de él. ‘A nuestros ojos,
parecíamos como langostas’ significa que los espías, cuando fueron por
encima del ego, habían alcanzado un ligero logro espiritual de GE
y veían que no eran nada cuando consideran sus fuerzas espirituales,
sus habilidades y sus opciones con respecto a los gigantes. Parecían
estar viendo sus estados futuros.
Si perteneces a la generación del desierto,
te percibes muy grande antes de la entrada en la tierra de Israel.
¡¿Qué tengo que hacer para lograr eso?! Pero si, por ejemplo, le
preguntas a un niño esta pregunta:
– ¿Quieres ser el mejor?
– Sí.
– Entonces tienes que graduarte de una universidad, conseguir varios grados y trabajar 18 a 20 horas al día.
-¡¿Y mi vida?! ¡No puedo hacer eso! ¡Es demasiado difícil! ¡Trabajar todo el tiempo y hacer esfuerzos para tener éxito!
– Pero esto es tu futuro. ¿Lo vas a hacer o no?
– Yo prefiero volver al desierto.
Esto
significa que hay una comparación entre el mi presente y el mi en la
tierra de Israel. Entran en su futuro y se dan cuenta de lo difícil y
complejas que son las acciones anti-egoístas.
El punto
es que cuando lo ves desde la distancia, percibes que es imposible
porque lo ves todo a través de los ojos del desierto. No notas el
componente que el Creador te ha dado y no lo tomas en cuenta. El Creador
te ha dado el poder de llegar a ser grande, pero no lo sientes. Así que
piensas: ‘Si tengo que hacerlo yo mismo, no puedo’ Está oculta la
sensación de que el Creador está a tu lado, para que pienses que tienes
que hacerlo tú, pero que no puedes hacerlo sin Él. Entonces una
posibilidad se construye en ti. Escapas y no quieres nada, luego vuelves
a escapar de nuevo. Entonces viene un golpe de arriba y avanzas a la
conquista de la tierra de Israel. ¿Cómo? No importa; tus ojos están
cerrados y no te importa el cómo, sólo necesitas sacrificar tu vida por
él.
Este es un punto de inflexión, el cruce del río
Jordán, que es similar a la travesía por el Mar Rojo. Pero aquí el mar
se divide y eso es todo, mientras que allá es un proceso más consciente,
es decir, más complejo. Antes de escapar de Egipto, miedo al faraón,
quién te persigue y te empuja. Aquí sentimos lo contrario, ya que ahora
tienes que despertar a la necesidad de avanzar en esta dirección. Allí
escapaste por miedo, pero aquí entras. Esa es la forma en que debe ser
ya que es el crecimiento espiritual.
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