¿Qué se va a hacer al respecto? ¿Cómo se puede responder?
¿Cuánto va a durar? ¿Hay algún tipo de regla o legalidad, según la cual
la crisis siga desarrollándose aún más? De manera realista, ¿cómo se
puede corregir y qué solución se puede dar a estos problemas?
Dr: Laitman
La idea es que nos encontramos dentro de la naturaleza, en una red
particular de fuerzas, que se desenvuelve hasta el grado de desarrollo
del ego, es decir al grado de desarrollo del deseo de todos los niveles de la naturaleza.
Al
principio, eran deseos pequeños de partículas elementales. Luego, las
partículas se consolidaron hasta que crearon una estructura gigantesca,
la Tierra, en la que desarrollaron condiciones para la vida biológica
para los niveles vegetal, animal y humano. Este fue el resultado de la
evolución del deseo dentro de la materia, el deseo de recibir, de
disfrutar, de placer y de utilizar la materia que está en algún tipo de
contacto con nosotros. Con base en esto hubo una conexión entre
partículas elementales, moléculas, átomos y todo tipo de partes
biológicas, de la agrupación de animales, gradualmente surgió una
sociedad de bestias, de los humanos, surgió una sociedad humana. Es
decir, todo se desarrolló como resultado de la evolución del ego.
Nuestros deseos también se desarrollaron: de los deseos animales del cuerpo (comida, sexo, familia),
emergieron deseos sociales (riqueza, respeto, control), porque nuestro
ego se hizo social. Después de eso, se desarrolló el deseo por
información. La historia nos revela que hemos pasado por estas etapas en
un eje de desarrollo evolutivo y siempre entendimos cómo actuar.
Nuestro desarrollo egoísta, instintivamente nos empujó a algo: la
explotación de los recursos más visibles y ocultos y la consciencia del
anhelo por comida, sexo, familia, riqueza, honor y conocimiento.
Pero
después de decenas de miles de años de desarrollo, de pronto llegamos a
una situación inesperada, en la que las leyes lineales, e incluso,
exponenciales del desarrollo egoísta dejaron de funcionar. La humanidad
se había desarrollado de forma lineal y de pronto, en los últimos 100 a
150 años, fue exponencial y ha llegado a una especie de saturación, una
cima. Ahora estamos en esta cumbre.
En este
nivel, están sucediendo fenómenos muy interesantes ya que, de pronto, el
ego se ha detenido. En el pasado, mientras más esfuerzo invertimos, más
nos desarrollamos intelectualmente y más éxito conseguimos. Cuanto más
fuerte éramos, más confianza sentíamos. Pero ahora, ninguna de estas
relaciones lineales funcionan. Si en siglos pasados, una persona con un
gran ego se beneficiaba al usarlo, ya no es así, pues nuestro desarrollo
egoísta normal se ha agotado. Ahora nos estamos moviendo hacia un
paradigma completamente diferente, otra dependencia. La pregunta es
¿hacia qué tipo de paradigma nos estamos moviendo? Todavía no lo
sabemos.
Ahora,
los científicos están empezando a observar e imaginar que la evolución
no depende del ego individual, en su lugar, la evolución depende de
conexión y coordinación mutua entre nosotros. Esto se deriva de la
comunicación, que se desarrolló rápidamente, es integral y abarca a la
sociedad humana, toda la civilización, pero la estamos usando
linealmente, pensando en lo que se puede obtener de ella.
Esto
significa que nos encontramos en una etapa de transición del ego lineal a
una conexión integral mutua y que, incluso, podría ser hacia el
altruismo. Y poco a poco percibimos hacia dónde vamos. Estas
percepciones comenzaron a ser descubiertas a mediados del siglo XX,
desde el tiempo del Club de Roma, que publicó todo tipo de trabajos de
economistas, filósofos y otros científicos. Pero el problema es que, a
pesar de que se ha trabajado y los científicos están más o menos
consciente de ello, nadie les escucha. Y aunque vemos la futilidad del
reto del ego que continúa, tanto en individuos como en grandes
organizaciones, la inercia sigue existiendo y no hay forma de escapar.
Y a
pesar de esto, puesto que continuamos funcionando en una sociedad, donde
en lugar de leyes lineales, están empezando a actuar leyes integrales
esféricas, vemos cómo nuestra sociedad está empezando a sufrir una
fuerte presión y se encuentra en una forma muy desagradable. De esto se
deriva la estratificación de la sociedad, en la que en su parte
superior, unos pocos miles de personas en el mundo, concentran la
riqueza y el control, mientras que las masas se están hundiendo. Una
inmensa brecha se ha creado entre el estrato superior, compuesto por
unos pocos miles de personas y el estrato bajo, que incluye el resto de
los miles de millones de personas.
Por un
lado, sin duda, esto dará lugar a una gran explosión. Por otra parte,
toda la riqueza que se ha acumulado no valdrá nada. La jerarquía del
desarrollo de los deseos (comida, sexo, familia, riqueza, honor,
conocimiento) incluye un nivel en el que es posible utilizar la riqueza
para las necesidades del siguiente nivel de desarrollo. Y cuando la
humanidad comience a superar este nivel y lo concluya, ya no habrá
necesidad de riqueza, porque cuando el siguiente nivel comience a
aparecer, dará lugar a lograr el significado de la existencia.
Los
científicos que estudian la creación, han empezado a estudiar
holografía, múltiples universos y han llegado a la conclusión de que el
planeta Tierra y todo el universo
son finitos. Empezamos a percibir que siempre estuvimos jugando un
juego con dinero, ejércitos y guerras. Y, esencialmente, un gran proceso
está teniendo lugar, en el que somos elementos. Por otra parte, no
determinamos su desarrollo, curso o flujo y, sobre todo, tampoco su
objetivo. Estamos en una etapa en la que tenemos que descubrir la
verdadera meta de la evolución de nuestro desarrollo. Esto nos llevará a
la desilusión y a una nueva visión del mundo. Tenemos que observarnos a
nosotros mismos y todo lo que está sucediendo e investigar a la
naturaleza en su futuro desarrollo.
Esto
significa que detrás de los deseos físicos (comida, sexo, familia) de
los deseos sociales (riqueza, honor, conocimiento), se está
desarrollando un nuevo deseo, el de alcanzar el verdadero significado de
nuestra existencia. Este es el deseo que nos debe dominar y hacia el
cual nos estamos moviendo. Así que hoy, la humanidad está descubriendo,
poco a poco, la crisis y espero que nosotros mismos diseñemos el enfoque
correcto, para no desviarnos del camino y entender que, sólo por este
camino, la vida continúa.
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