Todos los tormentos que
existen en el mundo no son sino sólo una preparación para los tormentos
reales. Esos son los tormentos que uno debe alcanzar, o no será capaz de
adquirir nada espiritual, ya que no hay Luz sin una vasija. Esos
tormentos, los tormentos reales, son llamados “Condenar la Providencia y
difamar”. Esto es por lo que uno ora, para no difamar a la Providencia.
Una
persona que avanza hacia el Creador pasa por muchos estados no
placenteros que, eventualmente, le enseñan a ignorarlos y saber cómo justificar al Creador
por encima de ellos. Vemos que nuestra vida está llena de errores
fatales y ardemos de vergüenza por lo que hemos hecho en cada momento de
nuestras vidas.
Nos
torturamos por ser malvados, por haber perdido tantas oportunidades para
avanzar rápidamente y alcanzar una buena vida. Ahora, tampoco podemos
hacer buen uso del tiempo y las oportunidades que se nos han dado.
Pensar
así, es incorrecto. No debemos atribuirle ninguna importancia a la
realidad en sí, ni cómo nos comportamos y tomamos las oportunidades que
tenemos, en su lugar, necesitamos justificar al Creador por todo lo que
sucede, tanto dentro de nosotros como alrededor. Debemos no simplemente
justificarlo por todo lo que Él hace sino también, entender que detrás
de toda esta imagen existe una imagen diferente del sistema superior a
la cual debemos adherirnos por encima de todas las formas feas que
aparecen ante nosotros en cualquier momento, en el pasado y el presente.
¡No
debemos arrepentirnos de nada porque condenamos al Creador que lo
organizó todo! Todas esas imágenes deben en realidad permanecer y,
debemos construir la actitud positiva hacia el Creador por encima de
ellas con nuestros esfuerzos. Este es el trabajo principal de la
persona.
Tenemos
que construir exactamente la misma actitud, no sólo hacia los eventos
negativos sino también, hacia los eventos positivos, dado que vienen de
Arriba y no tenemos razones para relacionarnos con los buenos o los
malos de forma diferente. No hace ninguna diferencia lo que el Creador
nos presenta y cómo esto es percibido en nuestro ego. En realidad, lo
que nuestro ego encuentra atractivo como el éxito, los logros e incluso
actos de otorgamiento, son todas razones para dirigirse al Creador y
atribuir todas esas acciones esenciales a Él. Tenemos que pasar por todo
eso incluyendo lo bueno, lo malo y los eventos neutrales con el fin de
construir la actitud correcta hacia el Creador.
Al
cambiar nuestro enfoque de las acciones reales, de todos los valores y
todos los eventos en el pasado, presente y futuro hacia la providencia
del buen Creador, convertimos la imagen del mundo de negativa a
positiva, de la forma ficticia llamada este mundo a la forma del mundo
por venir. Si queremos ver todos los eventos más horribles o los más
alegres como buenos, si vemos todo sólo en la Luz del Creador como
bueno, así, reflejamos todos esos eventos en la luz opuesta y, mediante
ellos construimos la primera imagen del mundo espiritual.
Entonces
vemos que existe una gran ventaja para nuestro deseo de recibir, el
cual nos describe todo en sus formas opuestas, como ayuda en contra. Por
lo tanto está escrito: “la ganancia de la tierra”. Si nos relacionamos
con nuestro ego de esta manera, podemos construir el Cielo por encima de este.
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