Es prácticamente nada, sin embargo, es donde comenzamos.
El
Creador solo nos da el estímulo, el despertar hacia Él, y eso es todo.
Todo lo que recibimos después en adición al estímulo inicial, vienen del
grupo y del maestro.
Sin un
grupo y un maestro la persona no tiene ninguna posibilidad de alcanzar
ningún contacto con el Creador ni de realizar la conexión correctamente
con Él. El grupo es su vasija espiritual, el maestro el nivel superior
y luego está el Creador.
El
Creador solamente da el despertar inicial: Él trae a la persona al
entorno adecuado y dice: “¡Tómalo!”, pero para tomarlo, necesitamos
conectarnos con el grupo, los maestros, los libros y a través de
ellos, al Creador. Antes de eso sólo tenemos un punto en el corazón, una
chispa que el Creador despierta en nosotros, que nos obliga a buscarle a
Él.
Todo lo
demás en nosotros, pertenece al nivel de lo animado y no es una réplica
de los atributos del Creador sino, un simple deseo desarrollado para
recibir. El ser humano es únicamente el punto que anhela al Creador.
Este es el punto del deseo de recibir que está conectado a Biná, al deseo de otorgar.
Si no hay tal conexión entre el deseo de recibir y el deseo de otorgar, si Maljut y Biná no estan conectados, el ser creado no es llamado un ser humano, Adam,
quien se asemeja al Creador. Tal conexión sólo puede existir en la
cuarta fase y de hecho, no en toda la cuarta fase sino que, solamente
en su parte especial que se aclarara más tarde. Sólo el nivel humano en
nuestro deseo está diseñado para ascender hacia el Creador.
Pregunta: ¿Por qué necesitamos en primer lugar el nivel inanimado, vegetativo e inanimado en la naturaleza?
Dr: Laitman
El deseo de recibir se tiene que desarrollar a través de todos esos
niveles, porque de otra forma no puede ser independiente. En los
primeros tres niveles existe el mismo deseo de recibir pero, opera en sí
de acuerdo con el programa interno grabado en él, mientras que en la
cuarta fase, el deseo comienza a preguntarse “¿por qué tengo que
utilizar este programa?”
Nosotros
necesitamos las cuatro fases de expansión de la luz para el desarrollo
del deseo, ya que por un lado, este tiene que desconectarse
completamente del Creador y por otro lado este tiene que alcanzar
equivalencia de forma con Él. Por consiguiente el Creador y el ser
creado, los cuales son la fase raíz
y la fase cuatro, tienen que alejarse el uno del otro en todas las
otras fases. Un cálculo exacto se lleva a cabo en estos niveles en
cuanto a cuáles discernimientos son necesarios para el ser creado con el
fin de ser opuesto pero, al mismo tiempo, similar al Creador, en qué
exactamente el ser creado es opuesto a Él y en qué es similar.
Debe
haber una parte opuesta, que no cambia, en el deseo de recibir pero,
tiene que ser similar en su deseo de otorgar que se forma por arriba de
su deseo de recibir. Estas dos formas existen en él simultáneamente.
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