Me uno al grupo y con su ayuda comienzo a formar la imagen del Creador en mi mente. Entretanto, no deseo unirme al grupo, escuchar a los amigos, o aceptar su opinión por encima de mi propia mente. Pero, gradualmente desarrollo un entendimiento más claro y detallado de la noción del “grupo”, en donde debo continuar anulándome. Como resultado de esta oposición, gradualmente discierno el lugar de mi libre elección. Baal HaSulam explica que el libre albedrío implica la elección del grupo. En la fase presente, el entendimiento general es este: unirse al grupo, realizarte dentro de la unidad y todo lo demás estará muy bien. Pero en realidad, todos los mundos o los 125 peldaños de la ascensión espiritual hacia la meta se encuentran exactamente entre el grupo y yo. Cuando me adhiera al grupo en forma inseparable e irreversible alcanzaré la corrección total, el Mundo del infinito en donde estamos unidos en un solo punto. Todos los mundos se encuentran a lo largo de este sendero y son todos tuyos. Nuestro trabajo consiste en unirnos con los demás. En nuestra época, toda la humanidad está de pie ante el umbral, como si fuera una pirámide.
Nosotros, las almas que estamos un poco más cerca de este trabajo, somos la parte superior de la pirámide. El resto de la pirámide es el resto del mundo. La diferencia es que nosotros al menos estamos intentando unirnos mientras que el resto del mundo ni siquiera piensa en ello. Pero, el mundo experimenta una presión extrema a través del sufrimiento y la crisis global. ¿Por qué es global? Porque a la humanidad se le muestra que debe unirse, que es un imperativo en nuestra época y que nuestra aspiración debe ser la unidad. Es cierto que se trata de un proceso largo y difícil, pero a pesar de todo ya se ha puesto en movimiento. Este asunto se les está restregando en el rostro a todas las personas.

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